Avilés, Amaya P. GIÓN

La espontaneidad e impulsividad son inherentes al avilesino Hugo López Campos, el alumno de cuarto A del colegio Quirinal que se quedó boquiabierto el pasado miércoles cuando Hugh Herr, premio "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica, se remangó los pantalones y le enseñó sus piernas biónicas. "¡Es que flipé", exclamaba ayer el escolar en un receso de la clase de inglés para atender a LA NUEVA ESPAÑA. Herr dejó boquiabierto a Hugo, y Hugo a sus compañeros y profesores. El centro acudió a la cita con el estadounidense con el plan perfectamente organizado. Tres alumnos previamente elegidos se dirigirían a Herr con sus preguntas. Pero "Hugo es como es y siempre la prepara en algún sitio". Así que en cuanto se abrió el turno de preguntas, se lanzó hacia el homenajeado y le planteó la suya: "Es que yo tenía una pregunta muy importante, quería saber si también hace prótesis para los niños".

Su fama de inquieto e impulsivo es tal, que la tutora Inmaculada Suárez creyó que había sido su alumno quien pidió a Hugh Herr que le ensañara las piernas. "No, no, fue él quien me preguntó si quería verlas. Tenía unas bolitas verdes que no sé para qué eran, me quedé con las ganas de tocárselas. Es muy bueno, ayuda a la gente y a los niños", comentaba ayer todavía entusiasmado.

A Hugo le pierden las consolas (por una trastada está castigado a volver a jugar "hasta que saque un nueve o un diez") y está hecho un lío con lo que le gustaría ser de mayor: "Controlador aéreo, profesor de robótica o de judo, o maestro. Para ser controlador tengo que estudiar mucho inglés, ¿eh?", le espetó a su profesora María Pérez Traba entre las risas de sus compañeros.

La espontaneidad del pequeño de 11 años hizo que Jorge Alonso se quedase sin poder cuestionar al hombre biónico: "Yo le quería preguntar si podían hacer prótesis para personas que están en silla de ruedas". Y un error de última hora también impidió a la pequeña Jara Martín entregar a Herr la guía de Asturias bilingüe que prepararon los alumnos del Quirinal para el premio "Princesa de Asturias", un libro de dibujos elaborados por los escolares. "Le habría dicho que es increíble. Crear esas piernas debe de costar mucho trabajo", comentaba ayer. "Me gustó mucho cómo ayudó a la bailarina que perdió una pierna en los atentados de Boston y que en un año ya había vuelto a andar", añadió Nerea Paramio.

El alumnado del Quirinal es experto en la vida y obra del profesor Hugh Herr. "Durante meses trabajaron en el horario de biblioteca sobre su figura. Estos niños son muy trabajadores", presumió su tutora.

Hugh Herr participó en Avilés en el acto titulado "SuperHERRoe, el hombre biónico", en el que inauguró una exposición compuesta por trabajos realizados por alumnos de Educación Primaria de toda Asturias; decenas de dibujos con los que los escolares rindieron homenaje a quien diseñó y desarrolló las piernas biónicas tecnológicamente más avanzadas, las extremidades que dejaron boquiabierto a Hugo López, el niño que con su improvisación rompió el protocolo.