El Camino de Santiago a su paso por Asturias ha vivido un "boom" en estos tres lustros del siglo XXI. El número de pernoctaciones en los 30 albergues que existen en los distintos trazados que pasan por la región (de la Costa, el Primitivo y del Salvador) se ha multiplicado por veinte y ha pasado de 3.200 a más de 67.000 anuales, según los datos del 2015. Por ello, la administración regional ha elaborado un "libro blanco" de este recurso turístico y patrimonial para fomentar su conservación e impulso.

El documento, presentado ayer en Oviedo, incluye ochenta medidas concretas para revitalizarlo y vendrá acompañado de inversiones -de cuantía aún sin detallar- que comenzará a ejecutar el Principado antes de que acabe el año. En trazo grueso, el "libro blanco" incide en desarrollar un plan especial supramunicipal para su protección, la aplicación de un manual que acabe con la enorme variedad de las 2.177 señales que hay en la región, mejorar y homogeneizar la calidad de los albergues y en caminar hacia una mejor cobertura wifi y de telefonía de la ruta, así como a una mayor seguridad.

Guillermo Martínez, consejero de la Presidencia, encabezó la presentación del documento, en la que participó, otras autoridades, Ignacio García Palacios, presidente de la Federación Asturiana de Concejos. Fue él quien acertó a resumir mejor el principal objetivo de este "libro blanco". "Ahora comenzamos el peregrinaje hacia la calidad", indicó.

El "libro blanco" es un diagnóstico y una declaración de intenciones sobre una ruta histórica declarada en 2014 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El documento tiene la vista puesta en el próximo año santo jacobeo, que se celebrará en 2021 y donde previsiblemente se incrementará muy sustancialmente el número de peregrinos.

Un Camino digital. El documento propone la creación de "una plataforma digital, con un visor geográfico que permita detectar puntos negros y ofrecer al peregrino información actualizada sobre el estado de la ruta". Además, contempla la extensión de las redes wifi y de telefonía en las zonas de paso, aunque el mismo documento reconoce, entre los problemas, que la última versión de la Ley de telecomunicaciones limita a la administración para extender las redes wifi y añade que "tampoco es fácil conseguir información actualizada sobre la cobertura real de telefonía en todo el territorio". El "libro blanco" prevé también "un impulso al desarrollo de aplicaciones digitales y la presencia del Camino en redes sociales".

Un Camino protegido y coordinado. La primera medida que establecer el "libro blanco" es el desarrollo de un "plan especial de protección supramunicipal" habida cuenta de que el itinerario, de 518 kilómetros, pasa por 36 municipios diferentes. Se trata de un instrumento urbanístico que regule el ámbito afectado por la declaración del Camino como Bien de Interés Cultural y de su banda de protección. Una de las cuestiones que se plantea es la colaboración entre todas las instituciones y entidades vinculadas a la gestión y uso del Camino: el Principado, los ayuntamientos, la Iglesia o las asociaciones de amigos.

Los albergues, regulados y de calidad. El "libro blanco" plantea una regulación de los albergues. Habrá una doble regulación, según se consideren sin ánimo de lucro o con ánimo de lucro, que se incluirá como una ampliación de la normativa sobre albergues. El objetivo es, también, conseguir unos estándares de calidad. Se propone la elaboración de un protocolo de buenas prácticas para los propietarios o gestores de estos establecimientos y sugiere considerar el tratamiento de perros acompañantes de los peregrinos "y de los perros acompañantes como medida de protección en caso de violencia de género". También se propone la creación de la marca "Albergue de peregrinos", de uso exclusivo en centros homologados. También se propone crear un plan anual de inspecciones y una línea de subvenciones para mejorar estas instalaciones y firmar un acuerdo con la Iglesia para convertir edificios sin uso como casas rectorales en el entorno de la ruta como albergues de peregrinos.

Un Camino seguro. El "libro blanco" considera procedente la firma de un convenio de colaboración entre el Principado y la secretaría de Estado de Seguridad para regular la vigilancia policial de la ruta jacobea. Al mismo tiempo propone un programa de "corrección de puntos negros" por motivos de seguridad para construir aceras en arcenes donde se necesite o vías paralelas en zonas de tráfico denso.

Un Camino bien señalizado. La señalización homogénea y la instalación de elementos como bancos es una de las reivindicaciones de los ayuntamientos. También en eso incide el "libro blanco" que propone el registro de marcas identificativas y la elaboración de un manual de señalización "coherente" con la situación del resto de autonomías. Ahora en Asturias existen 2.177 señales de la ruta con diferentes diseños.

Un Camino para todos. El "libro blanco" propone la elaboración de una guía de accesibilidad de las rutas jacobeas que favorezca el paso de personas con discapacidad.

Un Camino cultural. El documento propone también la creación de un centro asturiano de documentación del Camino de Santiago, un programa anual de apertura de monumentos adaptado a los horarios de paso de los peregrinos, el refuerzo de la presencia de las rutas en los museos o su incorporación al currículo educativo.