Por mucho que sus amigos se crean que vive muy bien, ser periodista "freelance" no es fácil. Es complicado desligar el ocio del curro cuando trabajas en casa y tardas diez segundos exactos en llegar a la oficina por las mañanas, que es lo que le lleva al escritor ovetense Sergio C. Fanjul pasar de su cama a la mesa, desde donde entrevista a personajes importantes en calzoncillos al tiempo que le echa un ojo a la fabada. Toda esta vida de autónomo le ha servido de inspiración en algunos de los poemas de libro "Pertinaz freelance", editado por Visor, editorial de referencia en poesía. Hoy, a las 20.00 horas, presentará este poemario, accésit del XXVI Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma, junto a Fruela Fernández, Miguel Ángel Caballero y Chus Neira en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.

El poemario está escrito en clave de humor pero con un punto melancólico. "El humor me suele salir natural, pero también me gusta que haya un toque ácido e irónico", explica el autor. Buena parte de estos poemas tratan sobre "la dura existencia del trabajador autónomo, con todas sus cosas malas, como la lucha contra la procrastinación, la inestabilidad económica, la lucha contigo mismo y la fiesta, en el lado bueno", prosigue.

Pero en el poemario de Sergio C. Fanjul no sólo cabe el "freelandismo". Tiene una parte importante sobre la adicción a la tecnología, como refleja "Alicia en el país de las redes sociales", donde Alicia, en vez de estar en el mundo real -o en el de las maravillas- está en el de Facebook o Twitter. "Lo llaman infoxicación: intoxicación informativa. Nos impide concentrarnos en nada y nos genera un estado de ansiedad y esa necesidad de mirar el móvil todo el rato", afirma.

Tampoco falta un poema dedicado a un "Carrefour" abierto 24 horas que tiene delante de su casa, en el madrileño barrio de Lavapiés. "Es uno de mis grandes 'hits'. Conozco a mucha gente de la Cultura que vive allí. Entonces me encontraba a pintores, escritores y periodistas haciendo la compra", explica. Aprovechaba esos encuentros para hacerles una pequeña entrevista que iba colgando en su Facebook. El poema que dedica a los que van a última hora al súper, "Los compradores nocturnos", está basado en uno de Manuel Vilas, "Los nadadores nocturnos". "Llevo teniendo una crisis con la juventud desde que comencé Bachillerato -bromea-. Hay poemas sobre exterminarla para que no nos hagan sombra y sobre quejarse del paso del tiempo". La obra es, en definitiva, un conjunto de poemas sobre la vida contemporánea. De mudanzas, aburrimiento y problemas domésticos. Entre presentación y presentación él ya se está buscando un "co-working", un espacio de trabajo compartido con más trabajadores "freelance" donde lo más seguro es que su poemario triunfe.