Armstrong confiesa que tras dejar el convento -pasó siete años en un convento de la Sociedad del Sagrado Niño Jesús- decidió acabar con la religión y durante trece años se mantuvo al margen. De hecho se califica como una "monja fugitiva". Pero volvió a la religión como investigadora dotada, además, de un extraordinario poder de comunicación. Maneja con soltura la imagen. Dicen de ella que es capaz de abordar el tema más complejo y exponerlo en su esencia y sin dejarse llevar por las simplificaciones. Sus charlas TED son un buen ejemplo de ello. En estas intervenciones breves pero intensas ha desgranado parte de su pensamiento. Esta es su visión, en pequeñas "píldoras", sobre la religión y su impacto en la sociedad human

Creer es actuar, comprometerse

"Entonces, si la religión no se basa en creer cosas, ¿en qué consiste? He descubierto que, en general, la religión consiste en actuar de otra forma. En lugar de decidir si se cree o no en Dios, primero hay que hacer algo. Se actúa de forma comprometida y luego se empiezan a comprender las verdades de la religión. Las doctrinas religiosas pretenden ser llamamientos a la acción; sólo las comprendes al ponerlas en práctica".

Creer es compadecerse

"En esta práctica (religiosa), la compasión ocupa un lugar de honor. Es un hecho fascinante que, sin excepción, en todas y cada una de las principales religiones, la compasión, la capacidad de sentirse con el prójimo no es sólo la prueba de la religiosidad verdadera, sino lo que nos lleva a la presencia de lo que judíos, cristianos y musulmanes denominan "Dios" o "lo divino". Según Buda, es la compasión lo que conduce al Nirvana. ¿Por qué? Porque con la compasión, al sentir al prójimo, nos quitamos del centro de nuestro mundo y colocamos allí a otra persona. Una vez nos hayamos librado del ego, estaremos listos para ver lo divino".La regla de oro

"Todas las principales tradiciones del mundo han recalcado y han colocado en el centro de su tradición la llamada regla de oro, pronunciada por primera vez por Confucio cinco siglos antes de Cristo: "Lo que no desees para ti mismo, no se lo hagas a otros". Aquello era el hilo conductor que regía toda su enseñanza y lo que sus discípulos deberían poner en práctica en todo momento. Esa regla de oro les llevaría al valor trascendental que denominaba "ren", bondad humana, que era una experiencia trascendente en sí. También es absolutamente crucial para las religiones monoteístas".

Quitarnos del centro del mundo

"La gente ha puesto énfasis en la importancia de la compasión, no sólo porque suena bien, sino porque funciona. La gente ha encontrado que cuando utilizan la Regla de Oro tal como Confucio decía: "Todo los días y todo el día", no es sólo cuestión de hacer la buena acción del día y después regresar a una vida de codicia y egoísmo. Sino hacerlo diariamente y todo el tiempo, quitarte del centro de tu mundo, poner a otro allí, y trascenderte a ti mismo. Y eso te lleva a la presencia de aquello que llaman Dios, Nirvana, Rama, Tao. Algo que va más allá de lo que conocemos en nuestro mundo egoísta".

El secuestro de la religión

"Vivimos en un mundo en que se ha secuestrado la religión, los terroristas citan el Corán para justificar atrocidades, donde, en lugar de tomar las palabras de Jesús: "Ama a tus enemigos. No juzgues a los demás", vemos que los Cristianos juzgan a otras personas sin cesar, y se sirven de las escrituras para discutir con otros, para dejarles mal. A lo largo de los siglos, la religión se ha usado para oprimir a los demás. Esto se debe al ego y a la avaricia del hombre. Como especie, tenemos el don de estropear las cosas maravillosas".Aprecio por todo el mundo

"Las tradiciones (religiosas) también insistían, y creo que esto es importante, en que no se podía ni debía limitar la compasión a nuestro propio grupo: nuestra nación, nuestros correligionarios, nuestros compatriotas. Hay que tener lo que un sabio chino denominaba "jian ai": aprecio por todo el mundo. Ama a tus enemigos. Honra al extraño. El Corán dice que hemos sido formados en tribus y naciones para conocernos entre nosotros".Analfabetismo religioso

"Existe mucho analfabetismo religioso. Parece que ahora se equipara la fe religiosa con creer en cosas. Se llama creyentes a las personas religiosas, como si creer fuese lo único que hacen. Muy a menudo, los objetivos secundarios pasan a un primer plano, en lugar de la compasión y la regla de oro. Porque la regla de oro es complicada. A veces, cuando hablo a las congregaciones sobre la compasión, veo una expresión de rebeldía en sus rostros porque mucha gente religiosa prefiere tener razón a tener compasión".De la tolerancia al aprecio mutuo

"La gente quiere ser religiosa y la religión debería convertirse en un motor de la armonía en el mundo, lo cual puede y debe ser, gracias a la regla de oro: "Lo que no desees para ti mismo, no se lo hagas a otros", un espíritu que debería aplicarse a nivel global. No deberíamos tratar a otras naciones como no nos gusta ser tratados. Esto, sin importar nuestras malditas creencias, es un asunto religioso, espiritual. Es un asunto moral profundo que nos atañe y debería atañernos a todos. Como decía, hay hambre de cambio ahí fuera. Aquí, en Estados Unidos, puede comprobarse en la campaña electoral el deseo de cambio. La gente de las iglesias y mezquitas de todo el continente, después del 11 de septiembre, se reúne localmente para crear redes de entendimiento. Las mezquitas, las sinagogas dicen: "Debemos empezar a hablar entre nosotros". Ha llegado el momento de traspasar la idea de tolerancia y pasar a la apreciación mutua".Lo sagrado es el otro

"Se trata de superar el terror que sentimos cuando estamos amenazados por nuestros enemigos y comenzar a apreciar al prójimo. Es muy importante que "sagrado" en hebreo, aplicado a Dios, sea "kadosh", separado, otro. Quizá a menudo lo ajeno de nuestros enemigos es lo que puede darnos indicios de esa trascendencia totalmente misteriosa que es Dios".La tarea de nuestro tiempo

"Una de las grandes tareas de nuestro tiempo, es construir una sociedad global, como dije donde las personas puedan vivir juntas y en paz. Y las religiones, que deberían estar haciendo las mayores contribuciones, son vistas como parte del problema. Y, claro, no son sólo las personas religiosas las que creen en la Regla de Oro. Esta es la fuente de toda la moral. Este acto imaginativo de empatía, ponerse uno mismo en el lugar del otro".

"Podemos sacar, o poner énfasis, en los aspectos dogmáticos e intolerantes de nuestra fe; o podemos volver a los rabinos, al Rabino Hillel, el antiguo contemporáneo de Jesús, que, cuando un pagano le pidió que resumiera las enseñanzas judías mientras se sostenía en un solo pie, dijo, "No le hagas a tu vecino lo que es malo para ti. Esa es la Torá y todo lo demás son comentarios."No al odio

"Los rabinos y los primeros padres de la iglesia que decían que cualquier interpretación de la escritura que provocara odio y desdén era ilegítima. Necesitamos revitalizar ese espíritu".

C.S. Lewis escribió una frase que se me quedó en la mente desde que la leí cuando era una colegiala. Está en su libro "Los Cuatro Amores." Él decía que... distinguía entre amor erótico, cuando dos personas se miran, anonadadas, a los ojos; y después lo comparaba con la amistad, cuando dos personas se sientan juntas, como si estuvieran hombro con hombro, con los ojos puestos en una meta común. No tenemos que enamorarnos unos de otros, pero podemos ser amigos. Estoy convencida.