La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

En la nube

La tecnología se vuelve "voyeur"

Una organización española crea un sello de ciberseguridad para controlar el internet de las cosas

Imágenes de diversas pantallas del juego "Sara is Missing".

Garantizar a los usuarios que dispongan de aparatos inteligentes en sus hogares su seguridad y privacidad es el objetivo del nuevo sello de ciberseguridad para el internet de las cosas (IoT). El número de televisiones, móviles, cámaras de vigilancia y electrodomésticos conectados en los hogares aumenta y el debate sobre si son fiables continúa abierto. En contraposición, proliferan el número de aplicaciones que alimentan el espíritu espía del usuario como forma de entretenimiento.

Las cifras hablan por sí solas. En el año 2016 se contabilizaron 6.500 millones de dispositivos conectados en los hogares según la consultora Gartner. La cifra crece y también la inseguridad: se estima que en 2020 la cuarta parte de los ciberataques provendrá de aparatos inteligentes. Existe una gran cantidad de objetos cotidianos conectados a la red tanto dentro del hogar -televisores, bombillas o electrodomésticos- como fuera -relojes o móviles- de cuya seguridad no existe conciencia real y tampoco se cuenta con una regulación que obligue a los fabricantes a añadir a sus productos características que protejan al usuario. En este sentido, la Asociación Española para el Fomento de la Seguridad de la Información (ISMS Forum) ha creado un sello de ciberseguridad para IoT cuya forma legal es la de una marca de garantía. La intención es asegurar al usuario que los fabricantes bajo esta distinción cumplen una serie de aspectos que cuidan de la seguridad en las comunicaciones o la privacidad desde un punto de vista legal durante toda la vida útil del producto; es decir, sin que éste quede desprotegido con el paso de los años ante nuevas amenazas. La asociación, formada por más de 150 organizaciones del sector tecnológico, pretende trasladar el sello al ámbito europeo en un futuro.

Lo cierto es que la tecnología, más allá de los ataques maliciosos por parte de "hackers", ha despertado el lado espía del propio usuario. Proliferan el número de aplicaciones que ofrecen convertirse en observadores de los teléfonos de otras personas. Es el caso del juego "Sara is Missing" que despliega ante los ojos del usuario el móvil de la protagonista, una chica que ha sido secuestrada y que para localizarla es necesario analizar los archivos de su móvil en busca de pistas. Revisar sus llamadas, mensajes y fotos forma parte de este juego que "toca el placer voyeurista" del usuario, según explican los creadores de este thriller psicológico. Esta misma tendencia siguen las aplicaciones que ofrecen relatos en formato chat, las conocidas como Chat Fiction Apps. La popular Hooked o Tap y Yarn son algunas de las opciones que causan sensación entre un público adolescente que acoge con gusto esta nueva forma de consumir contenidos. Los relatos, de diferente temática, se muestran en el móvil como una conversación entre dos o más personas que provoca en el usuario la sensación de cotillear el móvil de alguien. Ver sin ser visto es la filosofía de la "tecnología voyeur".

Compartir el artículo

stats