"Lo nunca visto". Eso dijeron un par de espectadores nada más poner punto final el concierto con el himno de Asturias en homenaje a la Real Banda de Gaitas "Ciudad de Oviedo", concierto que se celebró en un auditorio ovetense con lleno absoluto.

Tal cual comentaron algunos de los espectadores citados líneas atrás: lo nunca visto. Todo un espectáculo resuelto con agilidad (teniendo en cuenta que en escena llegó a haber alrededor de trescientas personas) y calidad musical. Además se sumó el componente emotivo que da el oír decenas de gaitas, percusiones y acordeones repasando primero el arco tradicional y concluyendo con un homenajes a "The Beatles".

La aparición de José Manuel Fernández Gutiérrez, Guti, todo un maestro y director de la Real Banda de Gaitas, ya dio muestras de que el espectáculo estaba bien servido y era de primera. A ello hay que sumar el montaje escénico, muy logrado en imágenes de Oviedo y paisajes asturianos y la modulación sonora, nada fácil teniendo en cuenta lo que allí se manejaba. Guti y la Real Banda dieron un paseo exquisito por la cuestión popular, que prosiguió bajo la batuta de otro maestro de la escena gaitera, Vicente Prado, "El Pravianu", que, entre otras piezas, brindó un homenaje a Antolín de la Fuente. Sin olvidar a los campeones de baile del Concurso y muestra de folclore "Ciudad de Oviedo", que organizan el Ayuntamiento y LA NUEVA ESPAÑA, y la presencia de la Escolanía de Covadonga, que acompañó al grupo en "Soy de Verdiciu". También hubo protagonismo de la cantera, los jóvenes de la banda de gaitas"Vetusta", bajo la dirección de Yolanda Pérez.

Esta parte concluyó con un popurrí de canciones de los "Beatles". Se sumó a la Real Banda de Gaitas el grupo "The Blue Submarine". Sonaron varios clásicos, entre ellos "Yesterday", "Yellow Submarine" y "Hey Jude", que provocaron el enésimo entusiasmo entre el público antes del descanso.

Hasta aquí Guti y su colega "El Pravianu" ya habían dejado muestras de la altura que tienen como maestros y de que el grupo que formaron, que empezó en miniatura y acabó casando con una gran banda y ante la multitud a los Reyes bajo la "Marcha de mayo" de Guti, es todo un histórico con un cuarto de siglo de carrera.

Todo lo dicho en esa primera parte funcionó como una máquina perfecta, sin fallos y con la agilidad que requieren este tipo de conciertos, que presentó en tramos Esther Fonseca.

Antes de seguir con la sesión, se hizo entrega de la medalla de plata a la Real Banda de Gaitas, que recogió su presidente, Adolfo García Blanco. Le arroparon en la entrega el alcalde de Oviedo, Wenceslao López; la teniente de alcalde, Ana Taboada, y el concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi".

El presidente de la banda contó cómo nació la formación, en 1992, de la mano de Gabino de Lorenzo, al que le agradeció la iniciativa, y la continuidad a Agustín Iglesias Caunedo, y el presente a las tres autoridades municipales que lo acompañaban en el escenario.

Tras este acto, se sumó a escena la orquesta Oviedo Filarmonía, que hizo una bella suite asturiana, con guiños a símbolos de la música popular, dirigida con precisión por Luis Miguel Méndez, que manejó todas las partes: banda de gaitas y demás instrumentos de la formación, voces corales y, por su puesto, la orquesta Oviedo Filarmonía. Ésta fue una parte muy cuidada, con elegancia y estilo bajo los arreglos de Guillermo Martínez, y con versiones de temas tradicionales asturianos de Guti y "El Pravianu".

Y en la parte final apareció Víctor Manuel, que sigue siendo mucho Víctor Manuel, y con sólo su presencia la ovación ya fue decibélica. El cantante de Mieres recorrió "Paxarinos", que introdujo en un largo viaje musical la batuta de Luis Miguel Méndez. Y por ahí, entre sinfonía, fueron sonando "Carmina", "Cuélebre", "La romería" y la que suele poner la piel de gallina, los pelos de punta y cierto nudo en el estómago, "Asturias".

Víctor Manuel y el resto de músicos que habían desfilado por el escenario dijeron adiós entre "¡bravos!" y una de esas ovaciones de largo metraje.

El fin de fiesta fue con el otro "Asturias", el himno que creó Guti para sinfónica y banda de gaitas. Para entonces ya se había dicho muchas veces lo de aquellos dos espectadores: "Lo nunca visto". Toda una cumbre de la música asturiana para celebrar a un gran grupo de músicos, a su presidente, a sus directores y sus excomponentes, la gran familia de la Real Banda de Gaitas "Ciudad de Oviedo".