La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

ALEJANDRO DÍAZ CASTAÑO | Director del Festival Internacional de Cine de Gijón

"Queremos abrir más el Festival de Gijón al cine español y buscar también la exclusividad"

"Para nosotros el modelo es el que ofrece Locarno, mucho más que Cannes; nos gustan las películas que dejan poso"

Alejandro Díaz Castaño. JUAN PLAZA

En las oficinas del Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX) ha empezado la cuenta atrás: se inaugurará el próximo día 17. Su nuevo director, Alejandro Díaz Castaño (Bimenes, 1979), tiene cerrado el programa de la quincuagésima quinta edición. Desembarcó el pasado abril y afronta, en su primer año, el difícil reto del traslado de una de las sedes del certamen.

-Un programa con 177 títulos, 26 estrenos mundiales y 4 europeos. ¿Ha salido la propuesta que usted quería?

-Es inevitable que siempre se te escape alguna película. Hay mucha competencia entre los festivales. En general, estamos contentos con el resultado. Y eso que no ha sido el año más fácil: nos incorporamos en abril y hemos dedicado mucha energía al asunto de las sedes. Es una propuesta completa y equilibrada.

-El 85 por ciento de las películas son estrenos en España. ¿Gijón vuelve a ser una referencia para los aficionados?

-El festival ha incluido siempre estrenos en España, sobre todo en sección oficial y en "Rellumes". Lo que hemos intentado es que en otras secciones, desde "Esbilla" a "Llendes", haya también estrenos. Es muy importante asegurar esa exclusividad para recompensar al público de la ciudad, pero también para atraer cinéfilos de otras partes. Necesitamos esa exclusividad. Es una pelea y vamos por buen camino.

-Hay una fuerte apuesta por el cine hecho por mujeres...

-Históricamente no hemos dedicado muchos ciclos o retrospectivas a las mujeres. Es una apuesta por cineastas muy distintas y de diferentes generaciones: desde Valie Export, una pionera, a Carla Simón, que es el nombre de moda del cine español con su prenominación al "Oscar". Y está la asturiana Elisa Cepedal. Es una apuesta deliberada por las mujeres. En algún caso, como en la sección "Rellumes", hay paridad: siete películas de hombres y otras tantas de mujeres.

-¿El objetivo es la paridad?

-Sería lo deseable, pero es muy difícil. Hay muchas menos películas dirigidas por mujeres.

-Este año habrá el doble de encuentros entre directores y público...

-Apostamos por el cine español. Y ha crecido la presencia de cine europeo. Esa proximidad facilita la asistencia a un festival con medios limitados. También cuenta el factor suerte. El cine francés está muy presente.

-¿Es la cinematografía más representada?

-No, creo que es la española, pero la francesa tiene una gran representación. Con los cambios en la manera de ver cine, lo que marca la diferencia es tener representación de los equipos de las películas. Supone un enriquecimiento. También nos gusta que acudan a Gijón los premiados. Estará, por ejemplo, Whit Stillman. Son oportunidades de oro para preguntar.

-Mencionaba a Stillman, uno de los galardonados por el FICX. La otra es la actriz Verónica Forqué. Son dos carreras muy distintas...

-Para el premio "Nacho Martínez" se busca gente que hubiera trabajado con el actor fallecido. Verónica está en la mente de todos y es una actriz muy respetada. Ha estado en el cine español más rompedor, desde la Movida, y ha trabajado con maestros como Berlanga. Es muy popular y muy querida. Stillman es un director de culto estadounidense, pero no había pasado por Gijón, pese a que sí han estado otros grandes del cine norteamericano, como Todd Haynes. Y, además, lo tendremos toda la semana: es el presidente del jurado internacional. Engrandece el festival.

-Y el "Mujer de Cine" para Isabel Coixet, que rima con la apuesta de esta edición.

-Sí. Es una buena iniciativa que mantenemos. El año pasado fue para Mercedes Sampietro. Este año se buscaba un perfil de realizadora. Isabel Coixet e Iciar Bollaín son, quizás, las directoras más consagradas en España. Y es una cineasta que marca escuela estética. Ha contribuido a la internacionalización de nuestro cine.

-Cinco óperas primas en la sección oficial. ¿El festival había descuidado la búsqueda de nuevos autores?

-Cada año es distinto. A veces, encuentras más primeras películas. En ocasiones tratas de conseguir óperas primas y no puedes. El FICX está concebido como un festival de cine joven, así que es importante mantener ese espíritu, además de contar con directores como Philippe Garrel. Los descubrimientos son interesantes. Críticos y periodistas los agradecen. También buscamos sorprender un poco al público. Apostamos por el cine de autor, pero también proyectaremos "Mazinger Z" en "Animaficx". Contrapuntos y equilibrios. Para mí, uno de los festivales mejor programados es el de Locarno. Pues tiene una sección con la que llena una plaza con siete u ocho mil personas con títulos así. Y, luego, te encuentras películas muy radicales en la sección oficial.

-¿El festival de Locarno es un modelo para Gijón?

-Es el festival que ofrece más descubrimientos. Para mí es un modelo. Mucho más que Cannes. Este último sigue siendo un referente, pero, para un festival como de Gijón, el modelo de Locarno es muy acertado. Tratamos de evitar la película que no está mal, es programable, pero que no deja poso. A veces apostamos por películas menos perfectas, pero con momentos muy brillantes que quedan en el espectador.

-En la sección oficial sólo han programado una película española, "La vida lliure", de Marc Recha...

-Y hay una coproducción, "Alguien nos mira" (de Julia Solomonoff). Nos hubiera gustado programar más cine español, pero hay mucha competencia. San Sebastián está apostando mucho por el cine español; está Málaga, dedicado sólo al cine español, y la Seminci de Valladolid, además del de Sevilla. Entre las distintas secciones, hemos programado once títulos. Ojalá el año próximo programemos más.

-Elija cinco películas que el aficionado no puede perderse.

-Desde mis gustos personales: "Amante por un día", de Philippe Garrel, un consagrado que ha hecho una de sus mejores películas con el espíritu de la "Nouvelle Vague"; la película de Stillman ("Amor y amistad"), que es una delicia basada en una novela de Jane Austen, moderna y con hechuras de época. En sección oficil está "Scary Mother", primera película de la georgiana Ana Urushadze. La vimos en Locarno y fue un descubrimiento. Nos dijimos: es el tipo de cine que queremos para Gijón; está al nivel del mejor Polanski, con toques de David Lynch. Invitamos a la directora nada más ver la película y, luego, ganó el premio a la mejor ópera prima. Me quedan dos. Una sería "Life Guidance", de Ruth Mader, que estuvo en Gijón en 2003; tiene que ver con el cine de Haneke y su cámara implacable. Ahora vuelve con un "thriller" distópico de gran potencia visual. Y, por último, "En attendant les barbares", de Eugène Green. Es un estreno mundial importante y una película que exuda amor por la cultura.

-Y el festival estrena trofeo...

-Los trofeos han ido cambiando con los años. Nos llama la atención la impresión en 3D, así que hemos buscado algo que no se ha hecho antes. La innovación va con el espíritu del festival.

-Ha hecho la programación en pocos meses y con un presupuesto de 700.000 euros.

-Si sumamos otras aportaciones, el presupuesto estará finalmente en los 850.000 euros. Hay espacio para la mejora, como en todos los festivales. Me gustaría tener más presupuesto, para invitar más directores. Estamos contentos con la programación, pero me gustaría tener más cine español o ampliar la colaboración con Laboral Cinemateca. También tener otros espacios para proyectar en el centro de la ciudad. Algo que tendremos el año próximo con el antiguo edificio de Comercio. El festival está bien dimensionado. No hemos sido nunca un festival de alfombra roja.

-¿Teme que el traslado de las proyecciones de los Centro a los Yelmo reste espectadores?

-Los cambios son siempre un riesgo, pero no teníamos alternativa. Ha habido una gran generosidad por parte de Yelmo. Habrá lanzaderas de la Empresa Municipal de Autobuses. En todas las sedes hay una programación atractiva; las más vanguardistas estarán en el Antiguo Instituto. Las fiestas y conciertos serán en el Albéniz y el Memphis.

-¿Qué diferencia su propuesta de festival de las de Cienfuegos y Carballo?

-Hay cosas en común, sobre todo con la línea que se estableció a mediados de los noventa con Cienfuegos y Fran Gayo. Vendrá como productor, por ejemplo, Lisandro Alonso. De la etapa de Carballo heredamos "Animaficx", que ha sido un acierto. Todas esas etapas han aportado algo; lo que nosotros queremos es abrirlo a nuevos intereses: defensa del cine español, presencia del cine asturiano en las secciones y la búsqueda de la exclusividad. Queremos que la ciudad sea un referente para los cinéfilos, los de la ciudad y los de afuera.

Compartir el artículo

stats