La última edición del Festival Internacional de Cine de Xixón (FICX) enganchó a 52.219 espectadores, casi 7.000 más que en 2016, y batió récords de recaudación: 129.980,50 euros. Las cifras confirman que la nueva dirección, encabezada por Alejandro Díaz Castaño, no sólo superó el reto de trasladar una de sus cinco sedes a La Calzada, sino que convirtió "una debilidad en fortaleza". Así lo subrayó el concejal de Festejos, Jesús Martínez Salvador, que presentó ayer los resultados de la 55ª edición junto a Castaño en la sede de Divertia. "Estamos muy contentos", recalcaron ambos.

En concreto, la comparativa habla de un 12% más de asistentes y un 26% más de ventas. El aumento se produce además con la proyección de menos películas (177 de 43 nacionalidades distintas) y con un margen menor para organizar la mayor cita cinematográfica de Asturias. Alejandro Díaz Castaño tomó las riendas del festival en abril, tras la destitución de Nacho Carballo. ¿Cuál es entonces la receta del éxito? "Poner ganas e ilusión", aunque el mayor mérito lo tiene "el público fiel". Así, hubo llenos absolutos en todas sus sedes: el teatro Jovellanos, el Centro de Cultura Antiguo Instituto, el Centro Municipal Integrado Pumarín Gijón Sur, la Laboral y los Yelmo Cines de La Calzada. Las salas de este último emplazamiento sustituyeron a las del centro comercial San Agustín tras su cierre.

La sección oficial siguió siendo "un bastión principal", registrando 14.706 espectadores, aunque el apartado "Efants Terribles", dedicado al público más joven, lo superó con 14.745 asistentes, un 13% más que el año pasado.