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Cantante de "Fito y los Fitipaldis", que actúan en el Palacio de Deportes de Gijón el viernes y el sábado

Fito Cabrales: "Quien se considera una estrella del rock en España es que no ha entendido nada"

"Llenar en Madrid es maravilloso porque es como el centro del universo, pero tiene más mérito hacerlo en Gijón, sin cinco millones de personas"

Fito Cabrales: "Quien se considera una estrella del rock en España es que no ha entendido nada"

Sólo los iniciados conocen a Adolfo Cabrales (bilbaíno del barrio de Zabala, 1966), la persona que se esconde tras el artista. Lo que mueve a las masas es su música, la de "Fito y los Fitipaldis", como antes la de "Platero y tú". El artista hará doblete este fin de semana en Gijón (viernes y sábado) después de que el Palacio de Deportes se quedara pequeño para acoger su gira "20 años, 20 ciudades". El rockero sorprende por su sencillez, fija la entrevista para las 9.30 horas de la mañana y atiende sin prisa hasta que se agotan las preguntas.

- Veinte años haciendo el Fitipaldi, ¿dan para mucho?

-Sí que dan mucho, pero se han pasado volando. Nos han sucedido muchas cosas que ni soñamos cuando empezamos. La respuesta es un sí enorme.

- ¿Qué es "Fitografía"?

-La discográfica nos comenta que hace veinte años que salió "A puerta cerrada". A mí las recopilaciones no me gustan nada, pero Charly, el jefe de Warner, nos presenta un proyecto. Lo que me enganchó fue que involucraba a muchísima gente hablando de nosotros. El máximo atractivo era juntar muchísimas colaboraciones. Y, no te voy a engañar, lo que más me gustó es que la caja iba a ser una Stratocaster gigante (un tipo de guitarra eléctrica).

- "20 años, 20 ciudades", ¿por qué es Gijón una de ellas?

-Quería hacer una gira cortita para no desvincularme del todo del trabajo de creación para el nuevo disco. Por eso fijamos este plazo de tres meses, que obligaba a pensar bien las ciudades. En el norte elegimos Gijón, junto a Santander, Bilbao o La Coruña.

- ¿Cómo es su relación con el público de Gijón?

-En Asturias siempre ha habido una historia muy fuerte con el rock. Creo que hay una gran cultura de rock y es sencillo que te salgan bolos cuando empiezas.

- ¿Detecta esa famosa sintonía entre asturianos y vascos?

-Sí, el buen comer y el buen beber unen casi como un lazo de sangre. Es maravilloso ir a Andalucía, el sol y la alegría de la gente, pero para las cosas más normales de una gira, te sientes a gusto en cualquier sitio del norte.

- El Palacio de Deportes, uno de los mayores aforos de Gijón, se queda corto y hay que doblar?

-Es más alucinante de lo que le puede parecer a la gente. Siempre digo que el éxito es llenar en Miranda de Ebro. Cuando llenas Madrid es maravilloso porque es como el centro del universo, pero cuando llenas en ciudades como Gijón o Bilbao, donde no hay cinco millones de habitantes, tiene más mérito. Lo recibimos con sorpresa. Si miras la población, casi viene a vernos alguien de cada dos familias.

- ¿Fue difícil convencerle de dar ese segundo concierto?

-El problema siempre es cuando no va nadie, pero es cierto que dijimos que no a repetir en varios sitios porque la historia era dar veinte conciertos. Al final hemos tenido que ceder un poquito, con veinte ciudades y veinticinco conciertos. En las ciudades en que más rápido se vendió, como fue el caso de Gijón, había tal cristo en las redes que al final tuvimos que reaccionar rápido. En Gijón no hubo duda porque si no hacíamos otro, nos iban a comer.

- ¿Un secreto de su éxito es la sencillez de sus historias?

-No sabemos por qué de repente alguien quiere escuchar tus canciones. Yo mismo no sé por qué me engancho a un disco como oyente. Las letras son importantísimas en el rock en castellano. Hay que tratarlas con cariño, no hace falta ser un poeta, pero tienen que tener una conexión y una verdad porque esto es rock and roll y no es sólo tocar la guitarra.

- ¿Cómo logra ser una estrella y tan cercano al público?

-Porque realmente lo somos. No sé cómo es una estrella del rock en Estados Unidos o Inglaterra, pero eso aquí no existe. Somos gente que tocamos música, que hemos tenido esa suerte, pero que andamos por la calle, compramos el pan? En España, quien se considera una estrella del rock suele ser el que no lo es, el que no ha entendido nada.

- Empezó de chaval trabajando en el bar de alterne de su padre, ¿así se forja un carácter?

-La hostelería es una gran escuela, todos sabemos que el papel de los camareros es más que poner copas. Desde bien pequeño, me crié en los bares. Luego, la etapa en el club es un mundo paralelo. En aquel momento, más que chicas eran señoras, una de Ciudad Real, otra de Sevilla, una de Bilbao? todas mayores que yo y solo recuerdo cosas buenas, me trataban como a un crío. Fue una época estupenda. Pero sí, la hostelería da carácter.

- Con lo difícil que es llegar al éxito, decide dejar "Platero y tú" y empezar de nuevo...

-No tiene ningún mérito. Son cosas que tú sientes y las haces. Desde dentro no vi riesgo, sólo vi ilusión y ganas de hacer otras cosas y me metí en ese proyecto sin pensar si me iría bien o mal. Tuve la suerte de hacer una gira de telonero con "Extremoduro".

- Ahora que se mueve en grandes conciertos, ¿echa de menos las salas pequeñas?

-Sí, claro. Es mucho más amable, más cálido, tocar en salas. En las grandes giras nos lo pasamos muy bien, te sientes como los Stones y ves cumplido el sueño que tenías. Nosotros ahora somos setenta personas en gira, que es una locura. Me quedo con tocar en salas pequeñas porque es más natural. Tenemos la suerte de hacer grandes giras y siempre nos quedarán las salas pequeñas cuando no tengamos esa energía.

- ¿Cómo llega un rockero a ser Ilustre de Bilbao?

-No lo sé, pero fue acojonante estar en el ayuntamiento con Iñaki Azkuna, con mi madre y con mi padre, que aún vivía. Es verdad que hay ilustres de Bilbao cada año, pero cuando te toca a ti lo recuerdas toda tu vida.

- ¿Mola más que un Ondas o un disco de Platino?

-Estos los recoges con mucho cariño porque es un reconocimiento a tu profesión, pero cuando ves que tu ciudad te reconoce, es punto y aparte.

- Después de toda esta trayectoria, ¿hacia dónde va Fito?

-Lo que más me gustaría hacer es el disco de mi vida. Los que hacemos canciones siempre nos engañamos pensando que nuestro mejor disco está por hacer.

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