Los ecosistemas marinos profundos -de 100 a 1.000 metros de profundidad- están dominados por especies longevas que llegan a vivir cientos o miles de años, mientras que en aguas someras abundan generalmente las que solo viven algunas decenas de años, según un estudio en el que han participado investigadores de la Universitat de Barcelona (UB) y del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC).

La investigación, publicada en la revista 'Proceedings of the Royal Society of London', detalla por primera vez el impacto de los factores ambientales como luz, nutrientes, temperatura y perturbaciones físicas en los patrones de longevidad de especies que habitan en los fondos marinos como los corales, gorgonias, esponjas y macroalgas.

Los ecosistemas marinos son los más abundantes del planeta, y los más estudiados son los que se encuentran sobre todo a profundidades máximas de entre 30 y 40 metros, y el estudio apunta que, a pesar de la variabilidad biológica de los ecosistemas oceánicos, a mayor profundidad, más longevas son las especies marinas que viven adheridas al sustrato.

La profesa del Departamento de Biología Evolutiva de la UB Cristina Linares ha dicho que se sabía de forma teórica que los factores ambientales de los ambientes profundos favorecían que la vida se alargara en muchos organismos, pero que no había ningún estudio que "demostrara cuatitativa y sistemáticamente ese patrón entre la profundidad y la longevidad".

El trabajo se basa en distintos estudios de distribución y longevidad de especies marinas sesiles --corales, gorgonias, esponjas, macroalgas y bivalvos-- y en un estudio a largo plazo del coral rojo, como especie longeva y emblemática del Mediterráneo.

El trabajo ha determinado que el coral rojo puede vivir hasta más de 500 años y que es una de las especies de antozoos más longevas descritas hasta ahora.

En el Mediterráneo, los corales 'Lophelia pertusa' y 'Madrepora oculata', grandes constructores de arrecifes marinos, también muestran un perfil de alta longevidad.

El investigador de la UB Ignasi Montero Serra ha dicho que en los hábitats más profundos "predominan las especies con mayor longevidad: son organismos con dinámicas poblaciones también estables, tasas de crecimiento muy lentas, alta supervivencia de los adultos y menor éxito reproductor".

En aguas someras, la diversidad de estrategias de vida es mayor y pueden coexistir especies de perfil más longevo con otras de vida más corta, con unas poblaciones que son más dinámicas y fluctuantes.

Los investigadores han alertado sobre los efectos de la acción humana en los habitantes más vulnerables de los fondos marinos, ya que los hábitats más profundos son "sensibles" a los impactos que aumentan la mortalidad.

Las especies de los fondos más profundos muestran una resiliencia baja ante el impacto ambiental generado por actividades humanas que pueden ser altamente destructivas, como la pesca de arrastre.