Si usted teclea en Google las palabras "cómo vomitar sin que mi familia se entere", le saldrá la escalofriante cifra de "aproximadamente 179.000 resultados". Éste es el territorio en el que, a juicio de la Consejería de Sanidad del Principado, se debe actuar contra los trastornos de la conducta alimentaria, según indicó ayer el titular de este Departamento, Francisco del Busto, en el Parlamento regional. El Consejero abogó por adoptar "medidas punitivas contra este tipo de información de las páginas web y de las redes sociales", y subrayó la necesidad de proteger a los adolescentes, y más en concreto a las chicas jóvenes.

Entre tanto, el diputado de Ciudadanos Armando Fernández Bartolomé puso sobre la mesa un dato preocupante: las elevadas tasas de anorexia y bulimia en las cuencas mineras del Nalón y del Caudal, que triplican la del área sanitaria de Avilés. "Pensamos que pueden y deben hacerse más cosas, que es necesario avanzar en algún tipo de intervención más especializada", subrayó Fernández Bartolomé.

Los trastornos alimentarios fueron objeto de debate en la Comisión de Sanidad de la Junta General del Principado. El portavoz naranja preguntó al consejero de Sanidad sobre las acciones informativas o de educación sanitaria que su Departamento tiene programadas para 2018. Esgrimiendo datos de Sanidad, Fernández Bartolomé señaló que, en los diez años que van de 2007 a 2016, se diagnosticaron en la región 1.790 casos. De ellos, 500 corresponden a la franja de edad que va de 12 a 21 años.

Del Busto puso de relieve que, en los últimos tiempos, los trastornos de la conducta alimentaria "han aumentado su frecuencia, sobre todo en los adolescentes", y que "el aumento se da principalmente en la población de mujeres jóvenes". Según el Consejero, "estos trastornos se presentan en una proporción de 10 a 1 en las mujeres con respecto a los varones, aunque en los últimos años se ha incrementado el número de varones que los padecen".

Generalmente, el inicio de los trastornos alimentarios se produce entre los 14 y los 20 años. Dentro del creciente catálogo de conductas autolesivas, los expertos destacan algunas: trastorno por atracón, bulimia, anorexia, vigorexia, megarexia, permarexia, "y últimamente está cobrando importancia la ebriorexia", señaló el titular de Sanidad. La ebriorexia consiste en dejar de comer para compensar las calorías incorporadas por el excesivo consumo de alcohol.

Fernández Bartolomé incidió en la alta prevalencia que están alcanzando estas patologías. "Si tenemos en cuenta todo el espectro de este tipo de trastornos, incluidas sus formas más débiles, la estimación de la frecuencia oscila entre el 11 y el 16 por ciento de la población adolescente". El portavoz de Ciudadanos hizo énfasis en los daños que sufren "algunos colectivos más vulnerables", y calificó de "manifiestamente mejorables" los niveles de coordinación entre los servicios sociales, los servicios de salud mental y el sistema educativo.

Francisco del Busto señaló que, a su juicio, las líneas de actuación han de moverse en sintonía con lo acordado por la Comisión de Infancia del Congreso de los Diputados, que ha aprobado una propuesta que parte de una proposición no de ley del PP, que recibió enmiendas de Ciudadanos y del PSOE. El documento insta al Gobierno de España a atacar la publicidad que fomenta la delgadez, y a abordar este fenómeno también en el seno de las redes sociales. "Esta iniciativa es clara sobre el papel de las escuelas en la prevención, detección y concienciación. Por eso se hace imprescindible prevenir los trastornos alimentarios en las propias aulas de los colegios e institutos", subrayó el consejero de Sanidad.

Las estrategias publicitarias en materia de promoción de la salud alimentaria han de ser cuidadosas y selectivas, indicó Del Busto, quien agregó que "está cuasi demostrado que las actuaciones preventivas dirigidas a toda la población, no sólo no mejoran la situación, sino que conllevan el riesgo de generar conductas de imitación".

En relación con los sitios de internet para adolescentes que apuesta por erradicar, el Consejero argumentó que "ofrecen información peligrosa vinculada con la anorexia nerviosa, que conduce a caer en esta enfermedad u otra relacionada, con eslóganes o modelos inapropiados que deben combatirse desde las políticas de difusión y publicidad en los medios de comunicación y en las redes". El titular de Sanidad abogó por "seguir incidiendo en la formación individualizada y el control de hábitos y formas de comportamiento, formando a nuestros profesores en la sospecha de actitudes que hagan pensar en algún tipo de trastorno alimentario".