Ethan Winogrand (Nueva York, 1958) es baterista de jazz. Vive en Oviedo desde el inicio del siglo XXI, casado con una asturiana. Tienen un hijo de 18 años llamado Garry Mateo. Garry es por el padre de Ethan, Garry Winogrand, un fotógrafo trascendental del siglo XX con obra en el Moma, etiquetado como el creador de la street photo.
-Personalmente y con mi familia estoy inmejorablemente bien... Tengo salud y me gusta muchísimo Asturias. Ideológicamente, como todo el mundo, estoy preocupado por el presidente que tengo en Estados Unidos.
- Usted se dice muy neoyorquino. Oviedo es muy distinto.
-Cuando mi mujer y yo nos casamos teníamos el plan abstracto de vivir en Nueva York cinco años, tener un bebé y venir a España. A los cinco años de la boda, un día espectacular de primavera subí en mi bicicleta, me puse la mascarilla y fui a hacer las compras. Cuando regresé me vi la cara sucia de contaminación y le dije a Montse: "Estoy listo para dejar Nueva York". Es sucio, grande y duro. Por entonces, ella echaba de menos a su familia.
- ¿Usted no añora NYC?
-A los amigos y a los músicos.
- ¿Y el modo de vida?
-No. Mis vacaciones en la casa de El Puntal yendo en bici a todas partes son el sueño de todos en Estados Unidos. Voy todos los años a Nueva York, donde está mi madre. Cada año lo encuentro peor y más que caro, imposible.
- Usted vivió el Nueva York degradado de los años 70.
-Sí, era más peligroso, pero un artista podía vivir con muy poco dinero, mis amigos eran pintores, bailarines de jazz y danza. Para llegar a clase de guitarra con 8 años no podía ir recto porque había diez manzanas peligrosas.
- Y usted metido en el punk.
-Sí, muy joven y en torno al FBGB, un club en zona peligrosa y de "sintecho". Su bar era punto de reunión de los Ángeles del Infierno, pero no daban problemas salvo que los buscaras.
- ¿Cómo fue su padre?
-El mejor padre, muy cercano y afectivo, como su familia. Mis padres se separaron muy pronto y siempre pasábamos juntos los fines de semana. Despertaba a las seis de la mañana y trabajaba tres horas en el cuarto oscuro antes de que nos levantáramos. Nunca salió de casa sin cámara y tanto nosotros como sus amigos caminábamos un poco detrás de él para no entorpecer sus fotografías.
- ¿Es verdad que tiró más de millón y cuarto de fotos?
-Sí. Siempre revelaba en formato grande, de museo, y tenía dos pilas de esas fotos en el salón. Mi hermana y yo las usábamos para pintar por detrás y, a veces, por delante. Nos usaba de modelo para trabajos comerciales con los que pagaba la renta.
- ¿Cómo empezó su relación con la música?
-La familia paterna -judíos polacos- eran seguidores de música clásica obsesionados por la ópera. Con 3 y 2 años escuchábamos a Mozart. Mis padres añadían discos de Billie Holiday, Bessie Smith y Bo Diddley. Yo empecé con "The Beatles". Fuimos al concierto de Shea Stadium, pura beatlemanía. Mi hermana era más de "Rolling Stones".
- ¿Y a tocar?
-Guitarra a los 5 años, junto a la radio, intentando repetir los acordes. Luego empecé a ir a clase. A los 12 años en la consulta de terapias bioenergéticas de mi madre jugaba con unas chicas en el cuarto donde esperaban las visitas, que eran hijas del director de una escuela de música que era muy hippy. Le pedí a mi madre que me llevara y entré.
- ¿Cómo era de hippy?
-Hacías lo que querías. Se basaba en la propia responsabilidad, aunque tuvieras 4 años. Había veinte profesores para sesenta alumnos. Un día dije que quería cambiar la guitarra por la batería. El primer segundo en el que toqué supe que era un batería.
- ¿Cómo cambio al jazz?
-A los 15 años. Fui con otro amigo batería al Village Vanguard, el mejor local de jazz del mundo. En el escenario tocaba la batería un hombre empapado en sudor, echando saliva y haciendo un carraspeo característico, y pensé "no quiero ser ése".
- ¿Quién era?
-Elvin Jones. Nos sentamos en la mesa más cercana a él para estudiarle. Vio nuestro interés y en el descanso se sentó con nosotros. Le reclamaron sus músicos y dijo "estoy con mis amigos". Pidió una cerveza y nos la dejó. Éramos menores y habíamos pedido un vaso de leche. Pasamos la noche con él, nos dio su dirección. Esa noche cambió mi vida. Volví a verle muchas veces.
- Pero a los 17 pasó al punk.
-"Joe Cool" me ofreció tocar con ellos. No me servía para el jazz porque era rock-rock, pero sí para ganar experiencia ante el público. Estuve con ellos dos años y coincidíamos en CBGB's con "The Ramones" y "Blondie" .
- ¿Por qué acabó en Europa?
-Cuando Ronald Reagan ganó las elecciones no lo podía creer y cuando lo reeligieron me planteé dejar el país. Empecé a recibir clases de Francés, imaginándome ingenuamente ser batería de jazz en París. Veía en el elepé de la gira europea de "The Billy Cobham-George Duke Band" una foto de Cobham en una terraza y pensaba: "Necesito estar ahí". Leí en un anuncio en los clasificados de la revista izquierdista "Village Voice" que buscaban un batería para ir de gira por Europa. En 1984 marché a Copenhague, donde estuve cuatro años.
- ¿Cómo conoció a su mujer?
-Ella estudiaba en la Universidad de Nueva York y yo vivía en Brooklyn. Regresaba de una gira y coincidimos en una fiesta en una casa y nos intercambiamos los números de teléfono.
- Su hijo ya tiene 18 años.
-Y hace "chill rap", ahora la música más popular del mundo. Son Dj. Estudia Bachiller y le gustan las Matemáticas y la Física.
- Usted aquí no toca.
-No necesito hacer música donde vivo. Vivo dentro de la música: tengo un estudio, siempre estoy componiendo, trabajo con un amigo en Nueva York, grabo batería, hago mezclas de música y muchas más cosas... Si quiero tocar voy al Gong Galaxy de Oviedo los jueves a hacer jam.
