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Rachid, ante el dilema que plantea el Ramadán

El franco-argelino aplaza la última semana de ayuno por la dureza del trabajo de pretemporada

Rachid controla el balón durante un entrenamiento en Mareo. J. J.

El pasado 18 de junio se inició el noveno mes del calendario musulmán, los 31 días marcados para la realización del Ramadán. Rachid es el único futbolista de la primera plantilla del Sporting que practica esta religión. Cumplió con los veinte primeros días de ayuno (no se puede ingerir ni alimentos ni ningún tipo de bebida a lo largo del día), pero el inicio de la pretemporada abrió el dilema para el franco-argelino. "Era imposible hacerlo con la vuelta a los entrenamientos. Mi religión contempla que por motivos de trabajo o salud puedes no hacer el Ramadán en las fechas establecidas, siempre y cuando lo cumplas más adelante", explica el rojiblanco, que aplaza este compromiso para el inicio de Liga o las vacaciones navideñas.

"La gente piensa que con el Ramadán pierdes peso, y es casi lo contrario. Las chicas de mi familia creen que durante este mes adelgazarán, y al final...". Rachid cumplió con los preceptos de su religión en París, donde se crió y paso sus últimos días de vacaciones este verano. Bajo el techo en el que viven su madre y sus dos hermanas, el rojiblanco se sometió a las pautas de esta importante cita para los musulmanes. "No podíamos comer ni beber desde las 4.30 horas de la madrugada, hasta las 22.07 horas de la noche", concreta el futbolista, que tiene bien presentes los horarios en los que sale y se pone el sol. "En Francia es todo más fácil. Hay muchos musulmanes, y hasta los comercios y los restaurantes se adaptan. Cierran todo el día y abren toda la noche", añade.

El rojiblanco asegura que, en su caso, estos veinte días de ayuno no han afectado a su peso. "Me mantengo igual que antes y tampoco he notado ninguna consecuencia cuando iniciamos los entrenamientos", aclara. El cambio en sus hábitos de alimentación le dejaron, además, poco espacio para el apetito. "Nada más que se hace de noche, lo primero que quieres es beber agua. Terminas una botella y ya apenas tienes hambre. Trataba de hacer dos comidas al día, una a primera hora de la noche, y otra sobre las cuatro de la madrugada, pero resultaba complicado", señala. Rachid vive con naturalidad su caso, la misma con la que afronta cada uno de los compromisos con su religión.

"Los cinco rezos al día también los hago durante las concentraciones, sí, sí. Aquí en Mareo y cuando llego a casa", advierte el centrocampista, para el que siempre hay un lugar para rendir culto a Alá.

No es la primera vez que el Ramadán le coindice en medio de una pretemporada. Rachid también tuvo que alternar el trabajo físico con las obligaciones de su religión la pasada campaña. No es, tampoco, el primer musulmán que juega en el Sporting. Ni será el último. En anteriores campañas, Gregory fue otro de los futbolista que mostró su fidelidad a la religión cumpliendo con los valores islámicos.

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