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Este filial promete

El Sporting B, liderado por Pedro Díaz, muestra estructura de equipo sólido y con interesantes argumentos futbolísticos

Pablo Fernández y Juan Mera celebran el segundo gol del Sporting B. JUAN PLAZA

La buena noticia es que el Sporting B no pareció un filial. El propio Tomás Hervás confesó tras el encuentro que era una incógnita el rendimiento de su equipo, con futbolistas como Garrido, que apenas lleva tres días en Gijón, en la alineación titular, obligado por las bajas defensivas. El Sporting B mostró buena cara ante un rival llamado a luchar por la permanencia. Los rojiblancos fueron un equipo sólido en defensa, que sólo concedió ocasiones en los minutos finales, cuando ya se había quedado en inferiores. Mención especial merece Víctor Díaz, que cuajó un partidazo como central y que mostró muy buenas maneras a la hora de sacar la pelota. Pedro Díaz y Mario Arqués se adueñaron del centro del campo. Ojo a este chaval de La Fresneda que empieza su segundo año de juvenil y que ya es el amo de las camisetas en Segunda División B. Arriba el que manda es Pablo Fernández, uno de esos delanteros pesados que están en todas las jugadas. Ayer provocó el penalti del primer gol y anotó el segundo. El candasín no se arruga en los choques.

Al filial le costó meterle mano a un rival que llegó a Mareo con el descarado objetivo de llevarse un punto. Los chavales de Tomás maduraron a su rival durante un primer tiempo pestoso en el que lo más destacado fue un intento de gol olímpico de Pedro Díaz, que despejó Toni sobre la misma línea de gol. Dennis no pasó más sobresalto que una rápida salida para cortar un avance del exoviedista Martins.

Tras el descanso, los rojiblancos apretaron al rival y toda la acción se concentró en el área visitante. Vargas se multiplicó para rechazar un latigazo de Pedro Díaz junto al larguero y un cabezazo a quemarropa de Pablo Fernández. Cuando no alcanzó el portero, le echó una mano descarada su compañero Toni que palmeó una pelota para alejarla de cabeza de Guille Donoso, que ya se disponía a remachar en el área pequeña.

Tras comerse el penalti más claro del mundo, al gallego Muñiz Ruiz le remordió la conciencia y se fue a las once metros tras una caída de Pablo Fernández en un forcejeo con Mejías. El mal árbitro queda de manifiesto con las once amarillas mostradas en un partido de guante blanco, algo que denunciaron los dos entrenadores tras el choque. Tras la transformación de Juan Mera, a los extremeños les entraron las prisas. Álvaro firmó la jugada del partido, con caño a Sergio Menéndez incluido. Con todo a favor, Martíns mandó al palo una ocasión franca, que había sido anulada por fuera de juego. El Sporting B aprovechó la apertura de su rival y siguió amontonando ocasiones, hasta que Pablo Fernández remachó una buena jugada de Mendi.

La absurda expulsión del avilesino, permitió apretar al Cacecereño y acortar distancias, aunque la victoria nunca peligró.

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