"A las 2:30 horas de la madrugada me puse a ver el partido. Soy así. Por eso traigo esta cara de insomnio". Alberto bromea con su interés por conocer hasta el último detalle de cómo se fraguó la épica igualada del Sporting ante el Granada. No es nada nuevo. El guardameta rojiblanco es uno de los futbolistas que amplía el trabajo bajo los palos con estudios sobre los rivales que se encontrarán en la siguiente jornada, así como con análisis tras los encuentros. Y no únicamente con los informes que trasladan los técnicos a la plantilla. "El equipo compite, se vacía. Es su seña de identidad, el no dar un partido por perdido. Además, ver la predisposición de la grada invita a no rendirte. El Molinón siempre invita a las hazañas", destaca el barcelonés sobre el trabajado empate ante los andaluces.

"No hago valoraciones personales", avisa, en un primer momento, Alberto. Se resiste a particularizar los méritos, pero dos de sus intervenciones permitieron al Sporting seguir enganchado al partido. Especialmente, en la que Thievy y Rubén Pérez desperdiciaron una doble oportunidad para poner el 1-4 en el marcador. "Thievy hizo un amago. Conociéndole sé que buscaría vivir de su velocidad, por lo que intento esperar, retenerle un poco para que los compañeros lleguen a hacer el repliegue", comenta, entre otros muchos detalles, de esa jugada que acabó cambiando el signo del encuentro. "Luis terminó neutralizando la opción de gol y de esa acción surgió la expulsión del lateral del Granada (Lopes)", amplía, argumentando con exactitud todo ese trabajo invisible que le ocupó la madrugada. Nada parece anecdótico bajo la mirada de Alberto.

El barcelonés ve ampliado el buen momento que demostró atravesar en la visita a Cornellá donde, entre otras cosas, detuvo un penalti. "Cuando un portero tiene la suerte de jugar partidos es cuando va creciendo, cuando acumula minutos en una posición tan importante", señala, tras asumir el puesto dejado por el lesionado Cuéllar. "También sucede con los futbolistas que desarrollan facetas defensivas. Son posiciones que te obligan a estar concentrado en los noventa minutos, y más en Primera División", añade. Se centra en el día a día y, como es habitual en él, deja en manos de Abelardo la decisión de quién será el encargado de defender el marco rojiblanco en el caso de que Cuéllar se recupere para la visita al Athletic. "Las cosas salen bien por el colectivo y la forma que tiene este equipo de afrontar los detalles es formidable. Estamos dando pasos muy buenos", concluye.