"Yo no estoy enfadado con Castro". Abelardo abre el tiempo dedicado a su enfrentamiento con el delantero de Ujo sentado la base sobre la que va a girar toda su argumentación posterior. "He hablado con Castro siete u ocho veces de este tema porque le tengo muchísimo cariño. Si fuera otro futbolista, me lo cepillo sin decir nada y no le pico el orgullo", espeta el entrenador, que confiesa encantado de que el delantero pueda estar picado y sea capaz de reaccionar. "Es lo que buscaba".

"El sabe que tiene que cuidarse en su vida personal. Cobra un dinero importante del Sporting, donde todos somos profesionales", sostiene Abelardo, que se mantiene firme en su postura y añade que "tiene que entrenar bien, llevar una alimentación adecuada porque tiene un problema que todo el mundo sabe y tiene que ir al gimnasio porque tiene un déficit que es una realidad. Sabe lo que tiene que hacer". Abelardo es un hombre de pasos bien medidos, que confiesa que "buscaba picarle el orgullo y que reaccione".

El técnico insiste en que Carlos Castro es "un futbolista del que hay que estar encima y yo no tengo que estar encima de él, porque soy entrenador y esto es el primer equipo. Estaría encima de él si fuera entrenador del infantil". El preparador del Sporting profundiza en su argumentación señalando que "él sabe que es un profesional, que tiene calidad y que le cuesta trabajo". Abelardo detalla que "necesita conseguir unos hábitos que, a lo mejor, abajo no le obligaron a conseguir, pero esto es Primera División y yo soy entrenador del primera equipo". El Pitu concluye que "compite con Sanabria, Guerrero y Mendi".