No hubo tregua para los futbolistas del Sporting en el primer entrenamiento del año. Abelardo se mostró especialmente exigente con todos y cada uno de ellos durante una jornada en la que reclamó mayor intensidad reiteradamente. El interés del Pitu por verles emplearse a fondo derivó en que llegaron a producirse fuertes pugnas entre los jugadores y algún roce que no pasó más allá. El Pitu también se mostró crítico con las acciones de cara al marco contrario.

El mayor toque de atención de la mañana se lo llevó Sanabria, tanto por mostrar cierta pasividad a la hora de impedir la salida del balón del equipo rival, como también a la hora de rematar dos acciones claras de gol que terminaron marchándose por encima del larguero. El técnico evidenció su enfado al detener el entrenamiento para dirigirse al paraguayo, muy discreto en la visita a Éibar. Lo contrario sucedió con Castro, que se llevó parte de los elogios con los que el Pitu recompensó la actitud de algunos de sus futbolistas. También medió para que duelos tan intensos como los protagonizados por Jony y Carmona se quedaran en meras batallas deportivas por disputar el balón.