Luis Hernández ha asumido el liderazgo en el campo dejado por el lesionado Bernardo. El madrileño se erigió ante la Real como el encargado de ordenar y posicionar a la defensa y también dejó ver varios gestos que vinculan su renovada responsabilidad y el peso de su opinión para el cuerpo técnico. Uno de ellos se pudo comprobar al poco de iniciarse la segunda parte. Luis Hernández empezó a enviar gestos al banquillo para hacerles ver que Sergio había dado evidencias de cansancio. Abelardo no entendió, en un primer momento, lo que quería decir, incluso después de consultarle a Iñaki Tejada. El siguiente movimiento del central del Sporting fue coger por los hombros a Sergio, ponerle de espaldas al banquillo, y señalar su nombre. A continuación, se echó mano al pecho, simulando que el fuelle del canterano ya no daba para más. La respuesta fue la inmediata sustitución del avilesino.

"Nos ha pedido el cambio porque estaba hecho polvo", reconoció Abelardo, en relación a Sergio, tras el final del encuentro, sin dar más detalles de cómo se gestionó la decisión. El mismo jugador también admitió que le falta todavía chispa, sobre todo, a la hora de desarrollar acciones con el balón. Algo normal después de más de dos meses de inactividad por su lesión en el hombro y que terminaron con su reaparición en el Bernabeu. En cualquier caso, el canterano, en otra evidencia de su intachable compromiso, asegura que trabaja para recuperar pronto su mejor estado de forma.

La vuelta de Sergio al esquema del Sporting fue otra de las claves sobre la que se apoyó la victoria ante el conjunto donostiarra, que terminó con cinco jornadas sin puntuar. El avilesino dotó de un mayor equilibrio defensivo al equipo y ayudó a reducir los espacios entre líneas, uno de los objetivos a los que el Pitu llevaba semanas buscando remedio. Las estadísticas también refrendan el importante papel de Sergio en el Sporting, ya que su baja por lesión coincidió con los peores resultados del equipo.