Son dos formas de disfrutar. Una semana después de golear a la Real Sociedad, el Sporting conquista Mestalla y logra una victoria de prestigio en un campo en el que nadie había ganado esta temporada. Nadie salvo el Sporting, que ayer tuvo de cara a todos los santos. Incluido san Pichu Cuéllar, portero milagrero que le amargó la tarde al internacional Álvaro Negredo, que terminó fallando goles que nunca falla un depredador de su nivel. El Sporting ganó, quizá, el partido que menos mereció. Fue, para entendernos, el negativo de lo sucedido en El Molinón, donde los rojiblancos apabullaron al Valencia y pudieron golearlo, pero acabaron derrotados con un gol de Paco Alcácer en el añadido.

El Sporting no esperó tanto. Los guajes aguantaron el chaparrón inicial y sorprendieron a un rival de los grandes. Mestalla tronó con furia, pero el Sporting salió ileso. Fue a la vuelta de la caseta, cuando los rojiblancos se hicieron con el partido. Marcaron un gol en un claro penalti y González González, malo entre los peores, escamoteó otro clamoroso de Ryan sobre Carmona. El Valencia cargó de nuevo en la última media hora. El Sporting mostró cuajo, otra gran noticia, aguantó el chaparrón en el peor día de Negredo y manejó los tiempos, para encadenar dos victorias.

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Y eso que el día empezó torcido. Lora, que aparecía en las alineaciones oficiales ya repartidas, se caía de la lista por un virus estomacal. El debut de Vranjes se precipitó de esta forma. El bosnio no es de los que se achican. Ocupó el lateral con contundencia, sin complicaciones, ganando balones aéreos y resolviendo algunas papeletas complicadas. Fue una gran presentación. Habrá que seguirle de cerca.

El Valencia salió decidido a despachar al Sporting por la vía rápida y tumbarse a pensar en la semifinal de Copa ante el Barcelona. Neville introdujo algunos cambios, pero formó un equipo con mayoría de titulares. Enseguida se vio que no era la tarde de Negredo, aunque aún no se intuía la magnitud del calvario que viviría el delantero. El Valencia llegaba mucho, pero el Sporting resistía sin grandes sobresaltos, hasta que Cuéllar tuvo que intervenir. Primero con una mano de hierro en un latigazo de Piatti y luego ganándole a Negredo el primero de muchos mano a mano. En esa jugada, comenzó el extremeño a minarle la moral. El delantero acabó fuera de sí.

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Lo mejor del Sporting en el primer tiempo fue el resultado. Todo cambió tras el descanso. Apareció el equipo valiente que había anunciado Abelardo. Los rojiblancos fueron acogotando al Valencia, que se vio acorralado en su campo. No hubo ocasiones clamorosas, pero sí que se hicieron con el control del partido. La mejor jugada rojiblanca, una combinación de Ndi, Sanabria y Jony terminó con Danilo golpeando al de Cangas, que había pisado la pelota para escondérsela. González González, que había machacado al Sporting con faltas continuas, vio claro el derribo. Sanabria marcó con la naturalidad de los goleadores. Lejos de conformarse, el Sporting buscó la sentencia. Y pudo encontrarla. Ndi tuvo un par de buena ocasiones, Ryan se lució en una falta lanzada por Jony y González González no se atrevió a pitar otro claro penalti del australiano sobre Carmona. Al Sporting se le fue acabando la mecha, y el Valencia terminó por reaccionar. Quiso el destino que todas las ocasiones le cayeran a Negredo. El madrileño estrelló un balón en el poste, se topó de nuevo con Cuéllar, tiro fuera un mano a mano y mandó alto un remate a puerta vacía. Fue un día duro. El Sporting aguantó y lanzó un mensaje positivo. Con tres partidos consecutivos en El Molinón, los rojiblancos dan pasos firmes hacia la permanencia.