De todas las operaciones extrañas y opacas que ha realizado el Sporting en los últimos años, el traspaso de Botía al Sevilla, o más bien a Doyen, se lleva la palma. Fue un acuerdo con muchas aristas y varios actores implicados. El resumen vendría siendo que el Sporting liquidó la deuda que tenía con Doyen (2,5 millones de euros que el fondo había descontado del traspaso de José Ángel a la Roma y que no se pudieron abonar en plazo por un incumplimiento del club italiano), con los derechos económicos del central murciano, al que el fondo de inversión planeaba ceder al Sevilla, uno de sus clubes de confianza. La operación, sin precedentes en el fútbol español, no se hizo directamente. Entre otras cosas, porque el Barcelona se había reservado una opción de recompra y le correspondía un porcentaje del traspaso.

El Sevilla entró de lleno en la operación, según se demuestra en el contrato de traspaso que ayer filtró Football Leaks y lo hizo jugando un papel principal. El Sporting traspasa al central al conjunto andaluz (existen contrato y factura) y Doyen debería cobrar los 2,5 millones que le debe el Sporting. La realidad es que el Sevilla sólo paga los 450.000 euros correspondientes al IVA de la operación. El mismo contrato incluye la cesión de los derechos económicos del futbolista (del 90% porque Doyen ya poseía un 10%) del Sevilla a Doyen. A su vez, el fondo de inversión traspasó al Sevilla la deuda del Sporting mediante una "dación en pago del crédito acreedor que Doyen mantiene con el Real Sporting". Por ese motivo, el Sevilla sólo tuvo que pagar el IVA generado (450.000 euros) y la ficha del futbolista que jugó allí en calidad de cedido.

El contrato desvelado incluye también las garantías que había impuesto Doyen para descontar los 2.250 euros del segundo pago de la Roma por José Ángel. La llamada "Garantía Roma" incluía la cesión de los derechos federativos de José Ángel. La llamada "Garantía cuotas" imponía al Sporting la obligación de ingresar el dinero procedente de los abonos de la campaña 2012-13 en una cuenta de Bankia a favor de Doyen. Finalmente, ninguna de estas garantías llegó a ejecutarse.

Por último, el fondo de inversión quedaba blindado ante cualquier posible reclamación del Barcelona, que debía asumir el Sporting. Como así sucedió cuando el conjunto catalán apeló a los tribunales.