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Fondo Norte

En la tarde del casi juicio final

A las diecinueve horas las cuentas estarán echadas y sólo quedará esperar por el sueño de Abelardo

Partido abierto y en abierto a una hora que pasaba por ser taurina y que es futbolística cien por cien, las cinco de la tarde. La cita, ni hace falta recordarla, es en Getafe, donde no habrá entradas de sobra para tanto rojiblanco que ha tomado el camino del Sur. Cuando las gentes del fútbol piden que sólo se hable del partido podrán poner como ejemplo la semana rojiblanca. Todo ha estado dirigido al partido de esta tarde. Los ánimos populares, las ovaciones del entrenamiento en el Anfield del Piles, la despedida a la plantilla en Mareo y el apoyo de hoy en el campo, todo ha estado dirigido hacia la victoria imprescindible. Ya sólo queda que los jugadores lo den todo en el terreno de juego y sean capaces de sacar adelante un partido lleno de trampas y peligros. La victoria es la mejor fórmula para olvidarse de las cuentas y de lo que hagan o dejen de hacer los rivales.

El partido está lleno de trampas, y más desde que llegara Esnáider al banquillo del Getafe. El argentino ha metido aire en los pulmones azulones y ha convertido a un equipo soso y sin espíritu en un colectivo ambicioso y aguerrido. Un rival de peso, que juega en casa, con un presidente que conoce como pocos los recovecos de los finales de Liga y que es un mago a la hora de esconder las entradas al campo para que no caigan en manos rojiblancas que puedan animar a los jugadores visitantes. Pero seguro que la reventa va a funcionar al nivel de una corrida de toros en la que José Tomás figure en el cartel. Ya nos contarán los testigos presenciales del partido de sus vidas, las de los protagonistas y hasta las de los testigos de parte y parte.

La promesa del gran timonel de que su equipo se va a dejar el alma en Getafe es un canto a la esperanza, aunque parece claro que esa condición se da por supuesta a la vista de lo que está en juego. Tendrá que dejarse el alma, acertar en el juego tanto defensivo como ofensivo y acertar en el remate. Las condiciones necesarias para alcanzar el éxito están de sobra puestas sobre el tapete de la escuadra rojiblanca. No va más.

A las siete de la tarde las cuentas estarán echadas, y bien echadas. Nunca una permanencia estuvo más soñada por el club y por una afición entregada que no ha puesto apenas pegas a lo largo de una temporada en la que, con altibajos, en efecto, el equipo ha competido, tal como prometió Abelardo en los ya lejanos días del comienzo de la temporada, cuando se supo que el club sólo podía hacer contadas incorporaciones y con condiciones. Pese a ello, el Sporting está en la pelea frente a equipos que han podido rastrear los mercados y realizar los fichajes que creyeron convenientes.

Quedan pocas horas para salir de dudas de cómo terminará la temporada, aunque no cabe descartar que todo quede pendiente para la jornada final, la del día de San Isidro, cuando el Villarreal del gran Marcelino visite el Anfield del Piles. Si todo queda pendiente de esa tarde y si el Sporting depende de sí mismo, será que hoy se van a producir buenas noticias. De ser así, de depender de sí mismo el Sporting en el día del juicio final, el sueño del gran timonel se habrá cumplido. Su sueño y el sueño del mundo rojiblanco.

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