Quizá lo más chocante del caso de Álex Menéndez es que el presidente del Girona, el exfutbolista Delfín Geli, estuvo en la misma situación que el lateral asturiano cuando firmó por el Betis en 1999. Geli llegó a firmar por el Betis y quince días después, con sus correspondientes entrenamientos, recibió la carta de despido por una presunta lesión grave de rodilla que le invalidaba, según el entonces médico verdiblanco, para jugar. Geli, que en declaraciones a los medios recuerda aquel momento como "el peor de mi vida y de mi carrera deportiva con diferencia", llevó al Betis a los tribunales.

Al igual que el Girona hace ahora con Álex Menéndez, el conjunto verdiblanco justificó el despido con una cláusula del contrato que le daba quince días para realizar más pruebas al futbolista. El Juzgado de los Social número seis de Sevilla estimó parcialmente la demanda del jugador y condenó al Betis a indemnizarle con 300.000 euros. Ambas partes recurrieron ya que el abogado del jugador pedía 1,2 millones. Finalmente, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía dio la razón al Betis al estimar que no se había producido el despido del jugador.