La elección de Rubi como principal candidato al banquillo es una apuesta personal de Nico Rodríguez, quien ya quiso fichar al catalán en una etapa anterior de su carrera en otro club. Nico se juega mucho en esta decisión, después de que su labor esté en entredicho por el pobre rendimiento de los trece fichajes veraniegos.

El club lleva días sondeando las posibilidades que ofrece el mercado. Son muchos los nombres puestos sobre la mesa. Los primeros en caerse de la lista de candidatos fueron Míchel, cuyo hijo Adrián le dio la puntilla a Abelardo el pasado domingo con el Eibar, y Pepe Mel. Los que se mantienen como alternativas por si no cuaja la negociación con Rubi son Djukic, Chapi Ferrer y Luis García.

Los tres tienen un perfil parecido al de Rubi, son jóvenes y con poca experiencia en la categoría, pero son alternativas del agrado del director deportivo Nico Rodríguez. Aunque Rubi es su gran apuesta.

La llegada de Rubi supondrá el reencuentro del técnico con Diego Mariño quien estuvo a sus órdenes la temporada pasada en el Levante, al que el catalán dirigió en los últimos 29 partidos de Liga, tras la destitución de Lucas Alcaraz, y en los que sumó 26 puntos que no sirvieron para evitar el descenso a Segunda División. Mariño era el portero titular en el conjunto granota de la temporada pasada, aunque en el Sporting tiene por delante al capitán Iván Cuéllar.