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Un derbi gijonés en Valencia

"Muñiz y Marcelino saben de dónde vienen, Mareo enseña humildad", afirma Pepe Acebal ante el duelo en el banquillo de los exrojiblancos

El derbi entre el Levante UD y el Valencia tendrá el denominador común del acento gijonés de los banquillos este sábado (Ciudad de Valencia, 13.00 horas). El juego de granotas y blanquinegros se asemeja en la disciplina, la solidaridad en el esfuerzo y el rigor táctico que emana la personalidad de sus técnicos: Juan Ramón López Muñiz y Marcelino García Toral, de 48 y 52 años, respectivamente, y criados en la cultura competitiva de la Escuela de Mareo. "Si algo enseña Mareo es la humildad, el respeto a un trabajo basado en la honestidad", afirma Pepe Acebal, exentrenador del Sporting, actual director de logística de Mareo y perfecto conocedor de los dos técnicos.

"Marcelino y Muñiz saben de donde vienen, lo que cuesta conseguir todo. Aplican esa seriedad a su labor. No se crecen con los elogios ni se van abajo si la situación se tuerce", asegura Acebal. Los entrenadores del derbi de Valencia se abrieron paso en el fútbol entre orígenes humildes. Marcelino procede de Careñes, una localidad del concejo de Villaviciosa que no supera los cien habitantes. Su padre talaba eucaliptos, que transportaba en camiones a papeleras del País Vasco. Muñiz creció en El Llano, ahora céntrico barrio de Gijón, de pasado obrero.

Levante-EMV, periódico del grupo editorial de LA NUEVA ESPAÑA, reunió a exentrenadores y exfutbolistas del Sporting que, en algún momento de sus carreras, coincidieron con Marcelino y Muñiz. Eloy Olaya, exdelantero del Valencia entre finales de los 80 y mediados de los 90, incorporó en su etapa de director deportivo del Sporting a los dos entrenadores. Lo hizo, en un inicio, para las categorías inferiores. "Marce y Muñiz son como la noche y el día. Marce es muy temperamental, nervioso, se exalta y se agita, gesticula muchísimo y no rehuye la polémica. Muñiz lo lleva todo dentro, sufre igual, pero no lo manifiesta. Todo en él es templanza", detalla.

Muñiz, con un temperamento menos estridente, también dejó muestra de su carácter ganador en sus entrenadores en el Sporting, como Carlos García Cuervo. "Estaba en el filial y volvió de la mili pesando más de 90 kilos. Él, que como habéis visto, parece un alfiler, me vino hecho una bola. A base de trabajo, se puso a punto inmediatamente. Ese es Juan Ramón", detalla el histórico exguardameta del Sporting, que define al preparador azulgrana como "un trozo de pan, una bellísima persona que todo se lo ha ganado a pulso y que es incapaz de irse de ningún lugar a malas".

Los caminos de Muñiz y Marcelino se cruzarán el sábado en Orriols, pero ya han transcurrido por vías paralelas. Los dos empezaron a estudiar para ser entrenadores siendo jugadores en activo. Muñiz sin haber cumplido los 30 años. Y Marcelino aprovechó la convalecencia de una lesión en el Elche para visionar docenas de cintas de VHS del Milán de Arrigo Sacchi. Los dos también abandonaron el Sporting cuando vieron que la crisis del club, en concurso de acreedores, podía cortar su progresión. Así lo recuerda Eloy: "Marcelino estaba al frente del primer equipo, pero vio que no iba a poder sacar más rendimiento de la plantilla en un club con problemas. Apostó por cambiar, por salir de Gijón, como hizo años después Muñiz. En este caso, él estaba entrenando a los juveniles, a mí me habían acabado de destituir, vio que no tendría la posibilidad de crecer y se fue, sin tener nada detrás", dice.

Todos coinciden en alabar el grado de exigencia que aplican los dos entrenadores. Especialmente en la severidad de Marcelino. "Un obsesivo del fútbol, una mosca cojonera que no para hasta lograr lo que persigue. He admirado a todos su equipos", afirma. García Cuervo sostiene que "Marcelino debe ser el único en este mundillo que tiene claro cómo es el fútbol. El 4-4-2 es su sistema y cree en él con una fe tremenda, tratando de mejorarlo siempre. Y tiene un grupo de trabajo que habla su mismo idioma", añade Acebal. Eloy incide en que sus trayectorias no se han resentido a pesar de los reveses de algunos proyectos. "Tienen el gen competitivo asturiano de pelear por todo. Va con nuestro carácter, son luchadores que cuando han venido mal dadas no han desfallecido. Los dos son muy metódicos y tienen controlado todo lo que puede deparar un partido y sacan a sus equipos el máximo rendimiento", señala. Los estilos de Marcelino y Muñiz "pueden gustar más o menos", admite García Cuervo, pero los dos equipos ya han mandado un mensaje al resto del campeonato, con el Real Madrid como damnificado: "Ganarles esta temporada será complicadísimo. El Levante se va a salvar y el Valencia irá a la Champions ¡Pero lo conseguirán con holgura, además!", añade.

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