Desde el primer momento ya se vio que el día amanecía nublado para el Sporting. Roberto Torres, pesadilla habitual de los rojiblancos, salió crecido y fue el encargado de abrir el fuego. Su primer intento se fue alto, pero a la segunda no perdonó. Habían pasado sólo nueve minutos, cuando el Sporting se vio por detrás en el marcador. Pero ya entonces, la sensación de inferioridad era manifiesta. Un error en cadena permitió a Osasuna tomar ventaja. Quique, delantero con mucha movilidad, cayó a banda y lanzó un pase a la carrera de Sebas Coris. Barba y Canella quedaron al descubierto, pero sus compañeros les siguieron en la caída al vacío. Con cuatro sportinguistas en el área, Roberto Torres remató a placer el pase de la muerte del extremo y adelantó a Osasuna.

El golpe tumbó al Sporting, que fue incapaz de levantarse durante todo el primer tiempo. Las ocasiones se sucedían y si el equipo llegó vivo al descanso fue por la estelar actuación de Diego Mariño. El gallego, que había rechazado primero un gran cabezazo picado de David Rodríguez, se lució con una doble intervención. Primero con una mano abajo para el remate a quemarropa de Roberto Torres tras otra buena acción de Quique. El rechace lo ganó Torró que se volvió a topar con Mariño.

Y es que ése fue uno de los grandes males del Sporting. Que Osasuna le ganó todos los balones divididos porque los navarros estuvieron varios puntos por encima en intensidad. Aún rechazó el portero del Sporting sendos remates de Quique y David Rodríguez antes del descanso.

La sensación era muy mala al paso por vestuarios. Y sin embargo, el Sporting pareció reaccionar. La charla de Herrera entonó a sus futbolistas que dieron un paso adelante y lograron encerrar a Osasuna durante un cuarto de hora. Suficiente para que los rojiblancos tuviesen dos claras oportunidades para empatar. En las dos participó Álex López. Primero al lanzar con veneno una falta La pelota iba directa para Barba pero en su afán por despejar, Aridane desvío la pelota hacia su propia portería con un impecable cabezazo picado. A pesar de que Herrera había perdido varios minutos colocándose las lentillas, vio claramente el peligro de la jugada y sacó una mano prodigiosa que alcanzó a desviar el balón hacia el poste. Poco después, Scepovic ganó la línea de fondo y dejó para la llegada de Calavera, quien metió un balón raso al área. Con todo a favor, Álex López mandó el cuerpo atrás y la pelota arriba. Y ahí, en ese remate, se acabó el Sporting.

Osasuna sentenció el partido en una rápida contra, en la que, de nuevo, dispuso de dos remates. Mariño, impecable toda la noche, rechazó el intento de Quique tras un gran pase de Fran Mérida. Ningún defensa del Sporting ganó el rechace que lo cazó el depredador David Rodríguez para dar la puntilla a los rojiblancos.

Ni antes ni después de este segundo gol, el Sporting dio señales de ser capaz de reaccionar. Los rojiblancos fueron ayer un equipo inferior, en manos de un solvente rival. La decepción de la Mareona terminó por ser evidente y, de nuevo, se despidió al equipo con pitos, gritos de fuera y algún tímido aplauso. El Sporting sigue inquietando a sus seguidores. La próxima semana, con nuevo puntos en juego, marcará a fuego la trayectoria de los rojiblancos. El ficticio liderato ocupado hasta ahora daba un margen de error que ya se ha agotado.