Una de las mayores fuentes de preocupación en el Sporting es el progresivo despoblamiento de las gradas de El Molinón, que comenzaron siendo la envidia de la categoría y de muchos equipos de Primera, pero cuyas asistencias se han adelgazado de forma evidente. Desde el primer partido ante el Lugo, celebrado aún en el mes de agosto y con muchos abonados de vacaciones, hasta el del pasado domingo ante el Zaragoza, El Molinón ha perdido ocho mil espectadores.

El desencanto con el equipo crece y la asistencia se resiente. Al encuentro ante el Zaragoza faltaron cerca de 8.500 abonados rojiblancos. A ellos hay que sumar los que abandonaron el partido antes del pitido final. Los que se quedaron lo hicieron, en su mayor parte, para mostrar su malestar.

Desde algunos estamentos del club, se relaciona la caída de espectadores en El Molinón con el horario y el frío. Sin embargo, fueron los mismos que ante Valladolid y Cádiz, partidos en los que hubo tres y cuatro mil espectadores más respectivamente.

La asistencia a El Molinón está íntimamente relaciona con la trayectoria del equipo. Esto se adoba también con la pérdida de identificación por alineaciones sin asturianos y canteranos.