El crédito de Paco Herrera está bajo mínimos. La dinámica del equipo, con sólo siete puntos sumados de los últimos veintisiete en juego, ha puesto contra las cuerdas a un entrenador cuestionado más allá de los resultados. Su política con futbolistas como Viguera, al que hace jugar fuera pero deja en la grada en El Molinón, sus cambios de criterio respecto a las posibilidades del equipo, o la falta de oportunidades para los jugadores de la cantera, entre otros aspectos, han minado su filosofía ante la afición. Sin embargo, en el club también se maneja el argumentario sobre el que se avala su continuidad. Al menos, por el momento.

La plaga de lesiones. Paco Herrera ha llegado a una situación límite con siete jugadores de la primera plantilla en la enfermería: Lora, Calavera, Sergio, Bergantiños, Rachid, Álex López y Xandao. Un factor que se tiene en cuenta a la hora de exigir al técnico resultados inmediatos para revertir la preocupante situación deportiva. Al mismo tiempo, también se cuestiona las razones de que se acumulen tantos jugadores lesionados a estas alturas del campeonato, teniendo en cuenta que muchas se concentran en el bíceps femoral. En este apartado, también se puntualiza que el técnico cuenta con parte de la responsabilidad de la preparación física a la hora de evitar este problema.

Falta de acierto en los fichajes: los casos de Xandao y Quintero. La decepción con algunas de las incorporaciones realizadas este verano es notable y se concentran, especialmente, en dos futbolistas: Xandao y Quintero. El primero apenas ha podido participar debido a la pobre condición física con la que llegó a Gijón. La idea era que, con el paso de las semanas, afinara su puesta a punto para convertirse en uno de los centrales titulares. Su mejor estado físico desembocó en que cayó lesionado. Su principal aportación en Liga ha sido media hora en Vallecas. Respecto a Quintero, sus limitaciones técnicas y tácticas han sorprendido a los técnicos. No se explica que Torrecilla apostara por su llegada.

El bajón de futbolistas importantes. Herrera se ha encontrado con jugadores de los que esperaba un nivel más alto. La visita al Barça B sacó a la luz la falta de liderazgo de futbolistas cuyas características se adecuan a partidos en los que el equipo debía aspirar a tener mayor protagonismo con el balón. Es el caso de Moi Gómez, con un talento que sigue sin aparecer para marcar diferencias.

No es tiempo para precipitarse con Mareo. Herrera manifestó durante semanas anteriores que debía encontrar el momento idóneo para dar entrada a futbolistas del filial como el talentoso Nacho Méndez. El técnico fue postergando su participación hasta que la falta de efectivos en el centro del campo ya le obligó a situarle como titular ante el Barcelona B. No fue el mejor día para el futbolista luanquín, superado por Aleñá, lo que avala la tesis del técnico respecto a que acelerar los ciclos de este tipo de jugadores no es conveniente, especialmente en momentos de crisis deportivas como la que atraviesa el Sporting.

La fe en repetir el buen inicio y engancharse de nuevo arriba. Herrera dejó claro tras el partido ante el Miniestadi que si fue capaz de armar un buen equipo al inicio de la temporada, puede volver a conseguirlo ahora y devolver al Sporting a la zona alta de la clasificación. Además, ahora llega el mercado de invierno que da la opción de tratar de equilibrar la plantilla con nuevas incorporaciones.