Lo primero que sorprende es el profundo acento canario que invita incluso a pensar en un error en la llamada. A medida que fluye la conversación, Miguel Cobas Obarrio (Piedras Blancas, 14-7-77) va asturianizando su discurso. "Me pasa siempre cuando hablo con gente de mi tierra", bromea. Cobas se ha asentado de pleno en Maspalomas, al sur de la isla de Gran Canaria, donde se asentó ya cuando fichó por Las Palmas en 2006. Allí ha hecho su vida que ahora se centra básicamente en la pesca. Su principal actividad se centra en capturar jóvenes talentos y formarlos en la escuela de fútbol de Club Deportivo Maspalomas, que dirige desde hace algunos años. En su ratos libres practica, con evidente éxito, la pesca submarina.

"Cuando acabo el contrato con el Sporting, no había tenido mucha continuidad por las lesiones, y me salió la oportunidad del Racing de Ferrol, donde estuve dos años. Tras ellos, me llamó Javi Vidales para venir a Las Palmas, donde firmé tres años". Así resume Miguel Cobas su trayectoria deportiva tras dejar el Sporting en 2004 y añade que "aquí terminé mi carrera, porque el último año ya me veía un poco impedido".

Como es inevitable, al dejar la práctica profesional, la propia inercia le llevó a volver a casa. Pero Cobas, que se había acomodado en las Islas Afortunadas, ya no se aclimató, además de que muchos de sus amigos habían tenido que irse de Asturias o habían hecho su vida. "Nada más dejar el fútbol, volví para Asturias durante un verano, pero no me adapté, me faltaba algo y ya no era lo mismo", arranca para completar señalando que "llevaba tiempo aquí y había hecho buenas migas, tenía la vida un poco encarrilada por aquí y tomé la decisión de volverme para aquí".

Al igual que muchos de sus compañeros, que vieron sus carreras limitadas por unas lesiones invalidantes, Miguel Cobas logró conseguir una pensión por incapacidad. "Se me quedó la pensión vitalicia por el fútbol después de pasar tribunales médicos", explica cuando se le pregunta por su forma de ganarse la vida. Pero también se aventuró en alguna experiencia como empresario: "Monté un tema de hostelería que no fructificó y decidí cerrarlo". Sus ingresos los completa con su nueva vertiente como entrenador. "Llevo la coordinación escuela de fútbol de Maspalomas, que tiene más de cien niños, que también te ayuda en lo económico", detalla. Además de con los niños (tiene los niveles uno y dos, pero no el Nacional) tuvo alguna experiencia en los banquillos regionales. "Me llena más el fútbol base. No te puedes cerrar puertas a buscar otra alternativa, pero dentro de la isla es un tema complicado porque sólo está Las Palmas, que es un círculo cerrado", valora cuando se le pregunta por una hipotética carrera en los banquillos que, a la vista de sus palabras, no parece probable.

En lo personal, también tiene el ánimo de echar raíces en Las Palmas. "Tengo una relación con mi novia de muchos años. Ella es profesora y está viviendo en Fuerteventura, con la idea de que consiga venirse el próximo año y ya nos plantearemos otras cosas, que ya me va tocando", bromea.

A pesar de que sus palabras marcan cierta distancia con el fútbol profesional, no hay rencor. "Tengo muy buenos recuerdos del fútbol profesional, pero me encuentro más a gusto con los chiquillos, que no tienen tantos intereses creados", explica antes de añadir que "el fútbol base me reporta alegrías y económicamente me da también algo, llevo una vida tranquila y tampoco me planteo aspirar a algo más".

Lo que no se le ha curado es el sportinguismo. "Sigo pendiente del Sporting, le echo un ojo, pero el sportinguismo sigue ahí", asegura y como prueba apunta que "el tema del derbi está caliente en los grupos de whastapp de mis amigos". Cobas disfruta de la rivalidad y apunta que "a mí me gusta que estén en la misma categoría, pero que no esté por encima del Sporting y ojalá coincidieran en Primera". Sin esconder su gran pasión: "El recuerdo del Sporting es maravilloso, se lo debo todo como futbolista y en lo personal estuve trece años, desde que llegué en infantiles".