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El cocinero de Redondo y Cundi

Suso Pasarín, socio veterano de la peña de Vegadeo, invitó a comer a su casa a los exjugadores, con los que entabló amistad en los 70

Por la izquierda, Redondo, Amelia Rico, Jorge Guerrero, Suso Pasarín y Cundi. LNE

"La de Vegadeo ye la mejor peña que hay del Sporting". Suso Pasarín es uno de los muchos sportinguistas de las alas de Asturias que sufren desde los puntos más alejados con el equipo. Son de esos aficionados que acuden de forma asidua a El Molinón, pero que son víctimas también de los horarios, las inclemencias del tiempo y la distancia, y que tienen que vivir muchas veces desde lejos, aunque estén dentro de Asturias, los partidos del Sporting por televisión. "Lo llevo malísimamente mal. Sufro más. Soy el que más voces doy en los partidos siempre en el bar de la peña", cuenta.

A sus 71 años, este vecino del pueblo de Molejón, a unos 15 kilómetros de Vegadeo, es uno de los más queridos dentro de la peña de Vegadeo, y a la vez uno de los más veteranos, tanto de la actual agrupación como de la anterior, que desapareció hace diez años. "Llevo 35 años disfrutando y sufriendo desde la peña tanto en partidos en Gijón como fuera", comenta.

Suso Pasarín nació en Vegadeo, pero en la década de los setenta se desplazó a Gijón, donde vivió trece años mientras trabajaba en la mina en La Camocha y en el Tallerón de Duro Felguera en El Natahoyo. En esa época estuvo viviendo en El Llano. Y ahí fue cuando hizo una amistad que le ha durado toda la vida, la de Quini y Redondo. "Tomaba muchos vinos con Cundi cuando jugaba porque era vecino mío y a Redondo lo veía porque cortejaba mucho por allí", recuerda.

Desde aquel momento mantuvieron el contacto de forma permanente, se veían en diferentes actos de peñistas, y hace unos meses los invitó a comer en su casa de Vegadeo con su mujer Amelia Rico; su suegra, Dolores Martínez; Jorge Guerrero, presidente de la Federación de Peñas; y Alejandro Murias, presidente de la peña de Vegadeo. "El menú fue casero, con chorizo de casa, de los cerdos que crío desde pequeños, el pan que hago aquí y pitu de caleya casero", señala.

Redondo y Cundi son sus amigos. "Tenían lo que se pide a un jugador, Redondo era de los que no permitía pasar al delantero, y Cundi era fuerte como un xatu", señala antes de contar que "Quini nos bajaba de Mareo en coche a mí y a mi hijo cuando les íbamos a ver entrenar".

A sus 71 años sigue vibrando con el Sporting. Ha viajado a Lugo, La Coruña, Valladolid o Ponferrada con la peña cuando toca Mareona. Recuerda con cariño un partido de la época dorada rojiblanca "cuando con Ferrero y Quini machacamos al Atlético de Leivinha y Pereira", y del momento actual lanza un mensaje de optismismo: "Jony está que se sale, si mejoramos algo fuera subimos fijo". Suso Pasarín recuerda cuando tardaba tres horas en ir en coche de Vegadeo a El Molinón, y ahora, aunque sigue yendo, pero con menos frecuencia, porque tiene que mantener el ambiente en el bar de la peña de Vegadeo. "El día que no voy a ver el partido al bar no hay folixa", concluye.

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