La Haya, Agencias

El informe preliminar sobre las causas del accidente aéreo de Trípoli , que hace dos semanas costó la vida en la capital de Libia a 103 viajeros (70 ellos holandeses), dice que no fue debido a un fallo técnico del aparato. Tampoco se declaró un incendio en el interior de la cabina durante el vuelo. La posibilidad de un atentado en el aire ha sido también descartada. Es lo que dicen parte de las conclusiones provisionales de la investigación de las autoridades libias, a las que ha tenido acceso sobre el terreno la agencia «Reuters». El único superviviente, Ruben van Assouw, un niño holandés de 9 años que perdió a su familia, continúa su recuperación en un hospital de Tilburg, al sur de los Países Bajos.

Los expertos libios buscan ahora un posible fallo de los sistemas de navegación de la torre de control del aeropuerto. Las autoridades locales dirigen las pesquisas, ayudadas por dos investigadores holandeses del Consejo de Seguridad en el Transporte. Colaboran, a su vez, en el esfuerzo delegados franceses y estadounidenses de Airbus, la compañía fabricante del avión siniestrado.

El pasado 12 de mayo el vuelo 84771 de la compañía Afrigiyah Airways, salido de Johannesburgo, se estrelló poco antes del aterrizaje junto a la pista principal del aeropuerto de Trípoli. El destino final era Londres, pero la escala técnica debía servir para que descendieran los pasajeros holandeses. La mayoría había pagado unas vacaciones organizadas, y debían abordar otros aviones con rumbo a Bélgica y Alemania antes de regresar a sus casas.

La protección de la intimidad del menor superviviente, al que el hospital libio permitió filmar y fotografiar, fue objeto de un agrio debate en Holanda. La familia de Ruben van Assouw agradeció el interés y pidió luego tranquilidad a los medios de comunicación. Con múltiples fracturas en las piernas y muy medicado, Ruben van Assouw, regresó a su tierra hace unos días. Las autoridades libias pusieron a su disposición un avión-ambulancia que aterrizó en el aeropuerto militar de Eindhoven. A bordo acompañaban al pequeño sus tíos, Jeroen, hermano de su padre, e Ingrid, de la madre. El Ministerio libio de Información permitió que se filmara con gran detalle la marcha del muchacho, para dejar constancia de lo bien que había sido atendido.