Olot (Gerona), Efe

Le debían dos pagas extras y él debía al banco 4.000 euros de una tarjeta de crédito. Éstos fueron los móviles que llevaron al albañil Pere Puig de Olot a matar con un fusil de caza mayor al constructor Joan Tubert y al hijo de éste, para los que trabajaba, y a dos empleados de Caja Mediterráneo. Así lo han explicado el abogado de la acusación, Carles Monguilod, y la letrada defensora, Nuria Masó.

El acusado confesó ayer ante el juez la autoría de los hechos y el letrado ha declarado prisión provisional sin fianza para el asesino. La explicación dada ante el juez por Pere Puig, según Masó, es la de que «con el pan de su mesa no juega nadie», así como que se sintió «dominado por una serpiente en el estómago y en el cerebro». En el caso de los dos empleados de Caja del Mediterráneo asesinados, Monguilod ha mencionado una deuda crediticia de unos 4.000 euros, de la que al parecer tendría pendiente el pago de unos intereses que, al entender del acusado, eran injustos. El abogado particular de la familia Tubert se ha declarado «impactado» por la «frialdad» en la confesión ante el juez de Pere Puig, quien habría explicado que el pasado miércoles decidió vestirse de cazador antes de cometer los crímenes porque iba «a cazar, en este caso personas», ha puntualizado el letrado. El asesino tenía licencia de armas.