El partido animalista PACMA y la Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertad (Anadel) han presentado una denuncia ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Asturias por tener localizado al menos el caso de un caballo inmovilizado con una tranca en los montes asturianos.

Según han informado hoy PACMA y Anadel, la denuncia fue llevada ayer, lunes, y el fiscal de Medio Ambiente de Asturias, Joaquín de la Riba, les recibió personalmente y mostró mucho interés en el caso y en depurar las responsabilidades.

Es la primera denuncia de la que la fiscalía tenga conocimiento en el Principado sobre la inmovilización de caballos con trancas, que, sin embargo, en Galicia son muy numerosos porque esta práctica era muy habitual, aunque se vienen denunciando casos desde 2007.

La inmovilización de caballos con trancas puede ser constitutivo de un delito de maltrato animal.

El uso de este tipo de artefactos puede conllevar una condena que podría ir desde un año de privación de libertad hasta una sanción económica administrativa de entre 3.000 y 90.000 euros.

Este rudimentario instrumento consiste en una pieza de madera alargada y generalmente de una longitud que oscila entre los cincuenta centímetros y el metro de largo, con una apertura en uno de sus extremos creada precisamente para introducir en ella una de las pezuñas delanteras del animal.

Una vez introducida, se cierra la apertura con un pasador dejando presa la pata del caballo.

Estos artefactos se clavan a las pezuñas de los caballos y, además de provocarles graves daños físicos, limitan sus movimientos y hacen que los animales sean presa fácil de alimañas o que no puedan escapar en caso de incendio forestal.

Además, se han dado casos de equinos que han muerto como consecuencia de que la tranca se haya quedado enganchada contra el estómago del animal, contra una piedra o una rama.

Constituye un instrumento de tortura para el animal al provocarle deformaciones, llagas, úlceras o cojeras irreversibles.

Y puede ser un riesgo para la seguridad del tráfico, por las dificultades para desplazarse siendo presos de este elemento, que pueden provocar accidentes al cruzar con dificultad las vías públicas.

PACMA y Anadel instan a la colaboración ciudadana para que se denuncien este tipo de prácticas crueles e ilegales.

EFE