La Guardia Civil española continúa hoy la búsqueda de un hombre de 39 años que en la noche del sábado mató a tiros a una niña de 13 años y a un adulto en un pueblo de la provincia de Albacete (centro), hirió a otra persona y después se dio a la fuga.

En la búsqueda participan decenas de agentes, con unidades caninas y un helicóptero.

Según las primeras hipótesis de la investigación, la menor sería el objetivo del presunto asesino, mientras que el hombre fallecido podría encontrarse casualmente en el lugar del tiroteo, cerca de la iglesia parroquial local, al igual que otro varón que resultó herido leve de bala.

El presunto autor disparó primero con un arma de fuego corta a la la menor, que murió, y después se dirigió a su domicilio para tomar un arma larga y volvió a salir a la calle donde disparó a un varón de 40 años que también resultó muerto, y a otro de 46 años, pareja de la abuela de la menor, que resultó herido.

El propio autor de los disparos telefoneó anoche a la Guardia Civil para ponerla sobre aviso que había matado a una joven.

El alcalde de El Salobral, Ángel Sánchez, manifestó, coincidiendo con algunos vecinos, que el supuesto autor de los disparos podría haber intentado mantener una relación sentimental con la menor.

Este extremo no ha sido confirmado a Efe por las fuentes de la investigación.

Tanto las víctimas como el supuesto autor de los disparos son vecinos del pueblo de El Salobral, según el alcalde y otros residentes, que añadieron que todos son de familias muy conocidas en la localidad.

La búsqueda del supuesto autor de los disparos se prolongó durante toda la noche en numerosos lugares de los alrededores, y desde que ocurrió el tiroteo el pueblo estuvo cerrado por las fuerzas de seguridad.

Las autoridades recomendaron a los vecinos que no salieran de sus casas mientras que no fuera localizado el presunto asesino.

Todos los vecinos consultados aseguran que no se pueden explicar lo ocurrido.

Entre temerosos e incrédulos, contaron a los medios de comunicación, que llenan la entrada a esta pequeña población de unos 1.500 habitantes, que el presunto asesino es un hombre "normal" que se dedica a reparar vehículos y que vive con sus padres en este municipio.

Pero también coinciden los vecinos en que es "un buen tirador" y miembro del club de caza de la localidad.

En el pueblo, de 1.500 habitantes, reina la indignación, pero también el temor por los asesinatos, y porque el autor aún no ha sido localizado.

Las calles están prácticamente desiertas y los pocos vecinos que hoy han salido a calle se dan cita en un bar local.

Hasta cuatro dotaciones de la Guardia Civil controlan los accesos de entrada y salida a la pequeña población e instan a los vecinos a quedar en casa mientras el presunto autor de los disparos no esté detenido.