Agentes de la Policía Nacional han detenido a dos mujeres y un hombre quienes utilizaban mano de obra extranjera en condiciones de trabajo lamentables, valiéndose de la situación de necesidad en que se encontraban todos ellos, según ha informado la Policía Nacional de Gijón.

Los detenidos, acusados de un delito contra los derechos de los trabajadores, se corresponden con las iniciales E.F.M., de 66 años y vecino de Gijón, que ha pasado a disposición judicial, M.C.V.D. de 49 años, vecina de Gijón y L.M.S.N., de 55 años, vecina de Pola de Siero

Con estas detenciones ha finalizado la investigación que comenzó el pasado mes de noviembre en el que cuatro personas de nacionalidad boliviana ponían en conocimiento de la policía la situación laboral a la que estaban siendo sometidos.

Los hechos estaban sucediendo en una nave de un polígono industrial en la zona de Tremañes, que se dedicaba a trabajos relacionados con actividades de impresión y artes gráficas. En ella, y según las manifestaciones de los empleados, se les ofrecía un salario de 2,25 euros por hora trabajada, dando comienzo la jornada laboral a las 08.00 horas y finalizando a las 17.00 horas.

Por parte del empresario detenido no se daba de alta a ninguno de los empleados en la seguridad social, no regularizando su situación, ni facilitándoles ningún tipo de vestuario ni material de protección, quedando constancia que en la instalación se trabajaba con serigrafiado y la consiguiente emanación de vapores. Para calentar la nave se utilizaba una turbina, que funcionaba con gasoil, cuyos gases se respiraban por los allí presentes, además del calor asfixiante que generaba en el ambiente.

Las víctimas denunciaban también que, cuando no cumplían con el trabajo deseado por el detenido, se les obligaba a realizar otro tipo de trabajos manuales que en algunas ocasiones generaron lesiones de carácter leve. Además en circunstancias puntuales se cedía a los trabajadores como "mercancía" para que trabajasen a cargo de otro empresario.

Todas las investigaciones realizadas por la Policía Nacional dieron como fruto el conocimiento del entramado que se había creado para la explotación y el lucro por parte de los detenidos de una empresa dedicada al trabajo con cartón, papel y artes gráficas.

El cabecilla, un vecino de Gijón de 66 años de edad, había dejado deudas en la seguridad social, en años anteriores, que ascendían a 40.000 euros, las cuales resultaron incobrables. A consecuencia de las mismas, y para poder seguir facturando con aquellas empresas con las que el detenido tenía negocios, colocó como autónoma al frente de la empresa a la segunda de las detenidas, la cual hacía de "mujer de paja" pues era una empleada que se había dedicado siempre a la limpieza y la estética.

La tercera persona detenida sería otra mujer quien se encargaría del control de los trabajadores, pago de los mismos y supervisión de la producción.