Una pelea nocturna entre dos hermanos, en la localidad piloñesa de Areñes, estuvo a punto de terminar en tragedia en la madrugada de ayer sábado. Los hechos tuvieron lugar, según fuentes de la Guardia Civil, en el bar Casa Irene, ubicado en el centro de la población, cuando una persona de aproximadamente unos cuarenta años causó lesiones a su hermano con un arma blanca, tras una discusión ante el establecimiento. El apuñalado fue dado de alta ayer a mediodía, después de pasar varias horas en observación en el hospital. A primera hora de la tarde pudo ser visto por la localidad piloñesa.

El agresor fue detenido por agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que se desplazaron al lugar de los hechos nada más producirse el suceso. El arrestado fue conducido, posteriormente, al cuartel de Langreo, y está previsto que pase a disposición judicial a lo largo de la mañana del lunes, según indicaron fuentes cercanas al caso.

Fuerte discusión

Los hechos se produjeron pasadas las doce y media de la noche del sábado, a tenor de lo indicado por varios vecinos de la localidad de Areñes que presenciaron el incidente. Según los residentes, la agresión se produjo después de una fuerte discusión entre ambos hombres.

Al parecer, el agredido reprobó a su hermano que éste quisiese entrar en el bar, donde se cree que tiene prohibido el acceso. Tras un bronco intercambio de pareceres entre ellos, el agresor salió rápidamente del bar en dirección a su domicilio. Minutos después y, ante la sorpresa de las personas que se encontraban en ese momento en el establecimiento, se presentó en el lugar con un arma blanca en la mano y la manifiesta intención de agredir a su pariente.

Según indicaron fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón, el agresor propinó un solo pinchazo a su hermano, quien requirió de la inmediata asistencia de un facultativo desplazado en ambulancia para atenderlo. Instantes después del apuñalamiento, se presentó en el lugar de los hechos la Guardia Civil, que procedió a la detención del agresor. El incidente causó sensación en la pequeña localidad piloñesa.