Una clínica dental ovetense ha sido condenada por el Juzgado de Primera Instancia número 10 de Oviedo a devolver 1.740 euros por un implante dental defectuoso que tuvo que ser retirado. El juez considera que al no tratarse de medicina asistencial, sino de una prestación para la satisfacción de una demanda estética, no basta con haber puesto la diligencia suficiente, ya que se trata de un servicio, y considera que la clínica no acreditó debidamente el motivo por el que falló el implante. Por ello, condena a devolver a la paciente el precio del implante defectuoso, más los intereses de demora.

El presidente de la Unión de Consumidores, Dacio Alonso, mostró ayer satisfacción por el fallo judicial, ya que asegura que las quejas por este tipo de intervenciones fallidas han aumentado en un 50 por ciento en los últimos meses. Alonso anima a los afectados a denunciar y pide al Colegio de Odontólogos que impida lo que considera una mala praxis.