Un niño de 11 años mató a tiros a una niña de 8, vecina suya, tras mantener ambos una discusión el pasado sábado en Tenessee, según publicó ayer el diario Washington Post. El menor fue a su casa, cogió la escopeta de su padre y le disparó a la niña causándole la muerte. El periódico cita al alguacil del condado de Jefferson, donde sucedieron los hechos. El niño ha sido acusado de asesinato en primer grado y trasladado a un centro de menores.

Cada uno de los niños tenía un perro pequeño y el de 11 años pidió a la niña que le enseñase el suyo, a lo que ésta se negó. Sin salir de casa, el niño disparó a través de la ventana con la escopeta de calibre 12 contra su vecina, que se encontraba de pie en el jardín de su casa. La escopeta se encontraba en un armario de la casa sin cerrojo. Cuando las autoridades llegaron al lugar, la niña, todavía con vida, se encontraba en el suelo con una herida en el pecho, por lo que fue trasladada al hospital, donde murió. Un juez ordenó el ingreso del menor en un centro juvenil hasta el 28 de octubre, cuando se llevará a cabo la primera vista del juicio. Este trágico episodio ocurre sólo dos días después de que el jueves muriesen diez personas, entre ellas el autor de los disparos, producido en un centro de estudios superiores del estado de Oregón.