La séptima jornada del juicio por la muerte violenta en septiembre de 2013 de la niña Asunta Basterra se centró ayer en la medicación que, según contó la propia víctima a varios testigos, sus padres le daban y de la que ella desconfiaba.

En esta sesión de la vista oral declararon varias profesoras de Música de la pequeña, que durante ese verano la vieron "somnolienta" y "descoordinada", algo que no era habitual en una niña "excelente" y despierta como era la hija de Rosario Porto y Alfonso Basterra, los únicos acusados de este crimen.

Responsables de la Escuela de Música Play dieron veracidad a la hipótesis de la sedación de la niña en los meses previos a su muerte, asegurando que ella les contó, dos meses antes de su óbito, que tomó "polvos blancos". La directora del centro relató un episodio sucedido el 22 de julio de 2013, un día en el que Asunta se encontraba mal.

Al preguntarle qué le pasaba, la niña respondió que no sabía, pero que había tomado "unos polvos blancos". "Como no me estaba gustando, le hice una retahíla de preguntas, le pregunté quién le había dado eso, quién se lo había recetado, y me dijo que una médica amiga de su madre", aseguró.

En el momento le restó importancia a esta versión, ya que Alfonso Basterra había prevenido a otro profesor de la escuela de que Asunta "tenía un tratamiento muy fuerte" por sus problemas respiratorios. Ante una ausencia de la niña, una profesora que también declaró ayer ante el tribunal aseguró que le preguntó, en su reincorporación, si se encontraba mejor de la alergia, a lo que la niña le respondió: "No, no. Yo no tengo alergia. Yo no sé lo que me están dando, pero nadie me quiere decir la verdad". Según lo que le contó la menor, esos "polvos que saben fatal" se los había administrado su "mamá", ya que una "amiga" de Rosario se los había dado en el portal.

Los docentes de otro centro al que iba Asunta se refirieron a otro episodio muy similar, sucedido el 9 de julio de 2013. Una profesora dijo ante el tribunal que ante "la falta de coordinación" de la niña, Alfonso Basterra le hizo saber que estaba como "drogada" porque tomaba "antihistamínicos fuertes" por su alergia. Tanto la pediatra de la niña como su cuidadora coincidieron en que la salud de Asunta era "excelente" pese a catarros puntuales o, según su doctora, brotes de "rinitis".