Los seis presuntos integrantes de una red de tráfico de drogas a gran escala que vendía en Asturias cocaína, MDMA, anfetaminas o hachís afronta penas de entre nueve años y nueve meses y diecisiete años de prisión en el juicio que comienza mañana en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial.

En la vista también se juzgará a otros tres acusados de colaborar con esta red en la distribución de los estupefacientes para los que se solicitan condenas de entre dos y cinco años por parte del Ministerio Público que pide además para el cabecilla de la banda que se imponga una multa de 5,4 millones de euros.

Según la Fiscalía, los seis integrantes del grupo se dedicaban a esta actividad al menos desde agosto de 2011 lo que les permitió obtener "inmensos" beneficios económicos tras la venta de las drogas que previamente adulteraban para obtener mayores ganancias.

La red formaba un entramado organizado y jerarquizado que les permitía distribuir con gran rapidez las sustancias estupefacientes en toda Asturias, según el escrito de conclusiones del Ministerio Público, que refleja que distribuían la droga a terceros para su venta y desde un bar ubicado en la calle Azcárraga de Oviedo.

Además, adoptaban una postura unitaria en la actividad de tráfico de drogas de forma que cuando unos desconocidos entraron en noviembre de 2011 entraron en la vivienda de uno de ellos y le robaron la droga y el dinero que tenía allí depositados, uno de los acusados planteó al jefe qué respuesta que debían adoptar.

Según la Fiscalía, para sus comunicaciones utilizaban los teléfonos móviles, aunque solamente usaban mensajes de texto (sms) para evitar ser identificados y hablaban mediante un lenguaje encriptado para ocultar la actividad a la que se dedicaban.

Para ocultar la droga, la organización disponía de diversos trasteros o garajes en Oviedo y Lugo de Llanera para evitar posibles robos y para adquirir el material con el que fabricar las "placas" o paquetes de droga que vendían a los consumidores, utilizaban a personas ajenas a la organización para evitar ser detectados.

Los acusados fueron detenidos en marzo de 2012 y en la operación la Policía se incautó de unos 32 kilos de anfetaminas, 45 de hachís, 32 gramos de cocaína, 109 gramos de MDMA, así como armas y útiles para la manipulación de las drogas y unos 58.000 euros en metálico.