El menor de 7 años hallado muerto la víspera de Reyes en un piso de Gerona, pero que había fallecido hacía más de un mes, no murió de forma violenta, según los primeros datos de la autopsia, practicada ayer. Todo apunta a causas naturales. Por el momento, y debido también al avanzado estado de descomposición del cuerpo, todavía se desconoce la causa exacta de la muerte. Ayer se supo que los Mossos d'Esquadra ya habían acudido el día de Nochevieja al dúplex del número 3 de la calle Joan Roca Pinet, del barrio de Sant Pau, donde residía la familia del menor, de nacionalidad estadounidense.

La visita de la Policía obedecía a que la empresa en la que trabajaba el padre de familia se puso en contacto con el Consulado de Estados Unidos para comunicar su preocupación porque desde hacía varias semanas no sabían nada de ellos.

Al parecer, los Mossos consiguieron hablar con el padre, quien les dijo que todo estaba correcto, y la Policía le instó a llamar al Consulado para tranquilizar a quienes habían llamado preocupados, pero no pudieron detectar que en el interior de la casa ocurriera nada anormal.

Está previsto que la madre y el padre, de 38 y 39 años, pasen a disposición del Juzgado esta mañana. Los investigadores esperan que su declaración ante el juez aporte más luz sobre el caso, como cuándo murió exactamente el pequeño y cuál fue la causa de la muerte. Otra incógnita a resolver sería el motivo por el que los padres no comunicaron la defunción del pequeño y dejaron a la familia poco menos que encerrada en casa.

Aunque por el momento no se descarta ninguna hipótesis, una de las que toma más fuerza es que el pequeño hubiera enfermado, empeorara, los padres no le dieran el cuidado médico necesario y el menor acabara muriendo.

El comportamiento posterior de los padres se podría deber a una alteración mental, por la que pudieran pensar que el niño no había muerto o que no quisieran aceptar este hecho. El juez deberá decidir no sólo sobre el destino de los padres, sino también qué hacer con los otros dos hijos de la pareja, de 12 y 14 años, ahora bajo la tutela de la Generalitat.