Seis mujeres que denunciaron en 2005 haber sido explotadas por una mafia de proxenetas en dos clubes de Oviedo y Fonciello (Llanera) han sido llamadas a declarar en la sala por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Oviedo. Las seis mujeres deberán comparecer este miércoles, so pena de ser conducidas al tribunal por la fuerza pública. La medida ha causado indignación entre las asociaciones de ayuda a las víctimas, puesto que consideran que obligarlas a acudir personalmente al tribunal supone un castigo y puede terminar disuadiendo a las posibles denunciantes de estos hechos.

Se han enviado distintos escritos para que las testigos puedan declarar por videoconferencia, sin compartir el mismo espacio con la, en esta ocasión, única acusada del caso, pero la Audiencia les ha respondido que un problema técnico impide realizar ese tipo de comparecencias.

"Es indignante que en estos tiempos pueda ocurrir algo así. De esta forma no se protege a las víctimas de la trata de blancas", indicó la letrada Ana María González Martínez, del Centro de Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos de Asturias (Cavasym).

Entre las seis mujeres que deben comparecer, de nacionalidad venezolana y brasileña, hay algunas que no residen ya en Asturias, que tienen ahora otra vida y para las que acudir al tribunal supone una gran dificultad, sobre todo teniendo en cuenta las amenazas que sufrieron cuando se vieron obligadas a ejercer las prostitución. Hay además otras dos que ya no residen en el país, puesto que fueron expulsadas hace ya una década. Otras residen aún en Asturias.

Según Ana María González, las letradas de estas denunciantes han apelado al Instituto Asturiano de la Mujer, a la Delegación del Gobierno e incluso a algún partido político, sin que se haya producido cambio alguno en la decisión de la Sección Tercera de la Audiencia. "Se nos llena la boca con la lucha contra la trata de blancas, pero no se hace nada por proteger a estas mujeres que se la juegan al denunciar a las mafias que las tienen atrapadas. De esta forma, lo único que se consigue es que las que quieren colaborar se terminen echando para atrás, y que las que pueden denunciar, no lo hagan ante el temor de verse expuestas", aseguró la abogada.

En el citado caso del club Paradise de Oviedo y el Foro de Fonciello (Llanera), las declaraciones de las mujeres que denunciaron en su día es esencial para los intereses del ministerio público, puesto que a lo largo de la vista ha quedado muy difuminada la intervención de la única acusada que se sienta en el banquillo, la rumana Nicoleta Gabriel B., defendida por Francisco Pérez Platas. Su exmarido, Daniel Antonio S. da S., no comparece dado que existe un informe forense según el cual su estado de salud le impide soportar un juicio. La Fiscalía pide para ambos seis años de prisión. El juicio se suspendió por la incomparecencia de las testigos denunciantes y por el hecho de que las grabaciones que obran en poder del tribunal corresponden a un caso distinto.