No la mató. Miguel Ángel Muñoz Blas, el madrileño de 29 años detenido y encarcelado por la muerte de la peregrina norteamericana Denise Pikka Thiem, acudió ayer a los Juzgado de Astorga para cambiar su primera declaración, en la que había reconocido el crimen. Ahora asegura que se autoinculpó debido al brutal acoso al que le sometieron los agentes de la Policía, que, según su abogado, Vicente Prieto García, llegaron a ponerle una pistola en la cabeza y le maltrataron psicológicamente y casi físicamente. Según su letrado, Miguel Ángel Muñoz, que fue detenido el pasado 11 de septiembre en la terraza de un bar de Grandas de Salime, negó al principio que fuese el autor del crimen.

La declaración de ayer ante la juez del caso fue solicitada por el propio sospechoso, presumiblemente a instancias de su abogado, quien había dejado "en cuarentena" su autoinculpación y esperaba al momento oportuno para que el investigado ofreciese su versión definitiva de los hechos. "Él no la ha matado", aseguró el abogado.

Por otro lado, la Sección de Análisis de Conducta, adscrita a la Unidad Central de Inteligencia Criminal de la Comisaría General de Policía Judicial, ha elaborado un informe en el que descarta que el móvil del crimen fuese el robo, y que apunta a una intencionalidad sexual. El informe sostiene que Miguel Ángel Muñoz actuó como un depredador sexual, poniendo los medios para que la víctima seleccionada, casi siempre mujeres jóvenes, se equivocasen de camino y terminasen en las inmediaciones de la finca donde vivía, con el fin de realizar sus ataques con mayor tranquilidad.

Miguel Ángel Muñoz fue cazado en Grandas de Salime después de que intentase cambiar dólares supuestamente robados a la víctima. Había iniciado en Oviedo el Camino de Santiago -al que era muy aficionado- por el interior.