Estuvo a punto de provocar una masacre. El gijonés José Andrés Blázquez Martínez fue condenado el pasado mes de julio a una pena de 42 años de cárcel por prender fuego a la puerta de la vivienda donde estaban su expareja, un hijo de la pareja de cuatro años y otro de 14 de una relación anterior de la mujer. Milagrosamente, no hubo que lamentar muertos en el edificio de cinco plantas de la gijonesa calle Alonso Ojeda donde se produjo este criminal ataque. Eso sí, los tres ocupantes del piso tuvieron que ser atendidos por problemas respiratorios, debido al humo provocado por el fuego. Casi dos años después de aquello, el agresor asegura que está "arrepentido" y quiere "una oportunidad para recuperar el trabajo" que perdió al ser detenido en marzo de 2014.

Blázquez compareció ayer ante la sección tercera de la Audiencia Provincial, la que le condenó, porque el mes que viene se cumplen dos años de su detención y se hace necesario decidir si se prorroga su estancia entre rejas o se le deja en libertad. La sentencia que le impusieron por tres intentos de homicidio, más un delito de incendio, no es firme aún, puesto que su letrada, Ana Rivas, ha presentado un recurso ante el Tribunal Supremo.

El hombre presentaba un excelente aspecto, alejado de los problemas de alcohol que al parecer le llevaron a intentar matar a su exmujer, cuyo único pecado fue romper la relación, negarse a reanudarla y cambiar la cerradura de la vivienda para impedirle entrar. Su letrada adujo que, en tanto no haya una sentencia firme, hay otras medidas no tan restrictivas como la prisión para garantizar que Blázquez no vuelva a atacar a su exmujer, como las órdenes de alejamiento o presentarse periódicamente ante el Juzgado.

Además, dijo, los dos hijos de la pareja -el niño de cuatro años que estaba en el piso y una niña de dos que ese día estaba en casa de sus abuelos- dependen del hombre para su manutención. "Estoy muy arrepentido, ya sé que no tienen por qué escucharme, pero quiero tener una oportunidad para recuperar el trabajo que perdí en la mina de Cerredo".

"Echar a correr"

Tanto la fiscal como la acusación particular, que ejerce la exmujer del penado, asesorada por la letrada Victoria Rodríguez, no quisieron oír hablar de ponerle en la calle. "La condena que se le impuso es muy grave y es evidente el peligro de que se dé a la fuga. Nada le impediría echar a correr. Además, estamos hablando de una situación de maltrato, y si queda libre, puede haber una reiteración delictiva", señaló Rodríguez. A la letrada no se le olvidó que el ataque al piso de la calle Alonso Ojeda se produjo precisamente mientras pesaba sobre Blázquez una orden de alejamiento por haber maltratado a su entonces mujer. El tribunal, bajo la presidente de Javier Domínguez Begega, decidirá en breve.