"Murió haciendo lo que le gustaba". Con esta frase trataba ayer de consolarse el padre de Gabriel Busto Fernández, el joven de 27 años, natural de Villablino (León), residente en Oviedo, que falleció el lunes mientras practicaba el barranquismo en Cabrales. José Manuel Busto, aficionado también al deporte de aventura, dirigía esas palabras en la tarde de ayer a compañeros de su hijo en la empresa de los autobuses urbanos (TUA) de Oviedo, donde el joven trabajaba como conductor desde el mes de junio del año pasado. Gabriel Busto será enterrado hoy en su localidad natal.

Era "un chaval alegre y feliz, que siempre sonreía", señaló una de sus compañeras de trabajo, Silvia Pérez Martínez. Esta avilesina, residente en Oviedo, visiblemente afectada, desvelaba algunos de los sueños de Gabriel Busto Fernández, truncados por el trágico accidente en el que perdió la vida en plena juventud: "Cuando empezó a trabajar en Oviedo le hicieron un contrato de cuatro horas, y era feliz. Después le contrataron por ocho horas, y era más feliz todavía. Su sueño era que le hicieran fijo, para casarse con su novia, con la que vivía en Oviedo, y tener hijos", señaló emocionada Silvia Pérez, quien aseguraba que únicamente podía decir "cosas buenas" del joven fallecido.

Gabriel Busto le hizo durante un tiempo el relevo casi todos los días a Silvia Pérez. Después, al ampliarle las horas de trabajo, coincidían menos, pero seguían manteniendo la amistad. "Era muy majo, de lo mejor, educado, buen compañero, simpático... Se hacía querer, era un encanto. El adjetivo que más le cuadraba era feliz, él era feliz", repetía Silvia Pérez, que acudió ayer al velatorio a Villablino.

Gabriel Busto había estudiado Magisterio en Oviedo. Era profesor de Educación Física, pero un buen día decidió que no había futuro en esa profesión y, como le gustaba conducir autobuses, hizo un curso y consiguió trabajo en Oviedo. Era un deportista nato. Había practicado el fútbol -jugó, por ejemplo, en los juveniles del CD Laciana-, fue monitor de esquí en Leitariegos, jugaba al pádel y, sobre todo, le gustaban los deportes de riesgo, la aventura. Así, practicaba el trekking, el senderismo, el barranquismo... Era seguidor del FC Barcelona, del Real Oviedo y de la selección española de fútbol y fan de Bruce Springsteen.

En cuanto a las circunstancias de su muerte, a falta de los resultados definitivos de la autopsia, que le fue realizada ayer en Oviedo, sus allegados explicaron que resbaló cuando estaba junto al Puente Pompedru, en el río Casaño. "Se dio un golpe en la cabeza en una roca, quedó inconsciente y cayó al agua", señaló Silvia Pérez. "Si hubiera caído un metro más allá habría caído sobre una roca, y quizá se hubiera roto algo, pero no habría muerto", se lamentaba la avilesina.

La fatalidad quiso, además, que Gabriel Busto cayera en una poza en la que hay remolinos y corrientes. Un compañero se tiró al agua para intentar rescatarlo, pero sus esfuerzos resultaron vanos. De hecho, "estuvo a punto de quedarse también allí, porque se hundía. No pudo hacer nada", señaló Silvia Pérez.