El juicio por jurado contra el vicepresidente de la Federación Asturiana de Fútbol, González Azkárate Gaztelu, y el jefe de la Policía Local de Cangas del Narcea, acusado el primero de cobrar 120.000 euros sin trabajar y el segundo por permitirlo y esconderlo, se inició formalmente ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial con las cuestiones previas.

Después de que la defensa de Azkárate, a cargo de Jorge Muñoz Cortés, plantease que, en todo caso, estaríamos ante una irregularidad administrativa que debería haberse solventado con un expediente disciplinario, el alto cargo futbolístico prestó declaración, indicando que los viajes a los que hace referencia la Fiscalía -que pide cuatro años y siete meses para ambos- se realizaban cuando estaba de descanso y que tenía un régimen de trabajo adaptado a su situación.

Y es que, con 180 kilos, indicó, no podía patrullar como el resto de la plantilla. Su jefe lidió con el problema como pudo, asignándole servicios asequibles. Su situación era conocida y el Ayuntamiento nunca le apercibió. Todo lo contrario: le nombró embajador deportivo del concejo.