Tineo se despertó ayer consternado por el fallecimiento de Fernando Fernández Pérez, de 35 años y natural de Miño, mientras practicaba uno sus deportes favoritos, el submarinismo. El suceso ocurrió en la tarde del domingo en Rinlo (Lugo), durante una inmersión con dos amigos con los que compartía su afición y que fueron los que dieron la voz de alarma a una tercera persona en el muelle de Rinlo. Una indisposición dentro del agua pudo ser la causa de la muerte del buceador, cuyo cuerpo fue arrastrado contra las rocas. Sus compañeros intentaron recuperarlo y subirlo a tierra para reanimarlo, pero un golpe de mar los arrastró. Finalmente, el cuerpo fue rescatado por el helicóptero "Pesca 2", con base en Celeiro. Los rescatadores tuvieron que bajar en dos ocasiones para recuperar el cuerpo, que flotaba a merced del oleaje que batía contra los acantilados.

Voluntario desde los 17 años en la Cruz Roja en Tineo y trabajador de la misma como coordinador de Emergencias y Teleasistencia desde hace ocho años, Fernando Fernández era muy conocido y querido. "Era una persona que no se hacía notar, pero que dejaba huella. Era entrañable para la gente mayor y los niños, muy querido por todos", destacó Carmen Riopedre, presidenta local de organización humanitaria.

El cuerpo sin vida de Fernández llegó al tanatorio de Navelgas, donde está instalada la capilla ardiente, pasadas las cinco de la tarde. En el lugar, ya le esperaban numerosos amigos y vecinos que no podían disimular su pesar. Todos aseguraban que la noticia había sido "un impacto". El alcalde, José Ramón Feito, también presente en el tanatorio, lamentó "la gran pérdida que supone para Tineo: era buena persona, siempre dispuesto a colaborar".

Fernando Fernández salía de forma habitual con sus amigos a bucear, normalmente a la costa de Luarca. De hecho, sus allegados recordaban ayer que era muy aficionado al mar, que había hecho cursos de buceo y que tenía en mente realizar durante las próximas vacaciones un curso sobre socorrismo en el mar. Además, también le gustaba salir en bicicleta y asistía a clases de baile en una conocida academia tinetense que durante el día de ayer y de hoy mantiene sus puertas cerradas en señal de luto. El funeral se celebrará a las seis de la tarde, en la iglesia de Santa Eulalia de Miño. La desgracia ocurrida con este buceador tinetense no fue la única. En Cantabria, también fallecieron dos buceadores, en Suances y Liencres.