Caso Abierto - La Nueva España

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A tortas en la firma del divorcio

Un vecino de Oviedo y su antiguo suegro, que acompañaba a su hija, se enzarzan a golpes en el Juzgado cuando la pareja iba a formalizar su ruptura

Los funcionarios de los Juzgados de familia están acostumbrados a situaciones tensas, que muchas veces terminan en lágrimas y recriminaciones, pero nunca habían visto el espectáculo que se produjo a las diez y media de la mañana de ayer. Una pareja de etnia gitana había sido citada para rubricar la sentencia de divorcio en el juzgado número 9, en la sexta planta del palacio de justicia. Él llegó acompañado de su actual pareja; ella, de su padre y otros dos familiares. Una situación explosiva que terminó como el rosario de la autora, con el yerno sangrando por un labio por el puñetazo propinado por su exsuegro, y éste quejándose de que el exmarido de su hija le había pegado una patada.

El escándalo en los pasillos del Juzgado, situado al lado de la Fiscalía -donde por cierto no se han realizado aún las obras del Principado para evitar los robos denunciados por la Fiscal Superior hace unas semanas-, fue de tal calibre que fue necesaria la presencia de dos guardas de seguridad para desalojar a los contendientes. "Son los Vargas de Avilés", gritaba uno de los antagonistas, sangrando por el labio. Mientras tanto, su abogado se había escabullido para evitar problemas.

En el exterior, continuaron los gritos e insultos. La exesposa, sin separarse de su procuradora -según indicaron testigos presenciales-, no dejaba de gritar: "Soy una mujer maltratada y lo voy a denunciar". Pero al parecer, ninguno de los dos bandos quiso presentar denuncia por las agresiones sufridas.

Incidentes de este tipo no son tan raros en los Juzgados. Hace unos días, dos grupos de gitanos se enfrentaron en el vestíbulo de un Juzgado de lo penal. Bastó un solo guardia de seguridad para ponerlos a cada uno en su sitio y tranquilizar la situación. Pero en otros casos, como cuando fue juzgado Florente Hernández Camacho por el asesinato de Francisco Jiménez, "El Nano", ocurrido en el barrio de Los Telares de Avilés, o cuando se juzgó en 2013 a los autores del doble crimen de Ujo (Mieres), fue necesaria la presencia de varias dotaciones de la Unidad de Intervención Policial (UIP) para evitar enfrentamientos. El de junio de 2013 hubo otra pelea entre gitanos a cuenta de un juicio por robo, ya que unos acusaban a otros de irse de la lengua.

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