Fue a visitar las cascadas de Guanga (o Buanga), en la sierra del mismo nombre que divide los concejos de Oviedo, Grado y Santo Adriano. Pero la noche terminó echándosele encima y se desorientó de tal forma que ya no pudo regresar al lugar donde tenía aparcado el coche. Afortunadamente llevaba un teléfono móvil encima y sobre las diez y media de la noche de anteayer jueves llamó al 112 en busca de ayuda. Varias patrullas de la Guardia Civil, y hasta un agente fuera de servicio, tuvieron que desplazarse a las cascadas, de noche, en su búsqueda, pero finalmente pudo localizar al senderista y sacarle del atolladero.

Primero se desplazó una patrulla de Seguridad Ciudadana de Oviedo, pero la zona les resultaba tan abrupta y desconocida que finalmente tuvieron que recurrir a un guardia del puesto de Grado que estaba fuera de servicio para que les prestase apoyo, al ser conocedor de la zona. También se unió al rescate una patrulla de seguridad Ciudadana de Entrago, en el concejo de Teverga.

La búsqueda se inició en la localidad de San Andrés de Trubia, donde comienza la ruta. En plena noche, los guardias recorrieron el sendero, que se va estrechando conforme avanza a través del bosque. Llegar al lugar donde estaba el senderista perdido no fue fácil, puesto que el camino estaba bastante resbaladizo.

Alojado en Proaza

Pero finalmente lograron dar con él a eso de la medianoche del jueves, en una de las cascadas de Guanga. El hombre estaba en perfecto estado y los agentes lo acompañaron hasta el lugar donde tenía estacionado el coche.

El senderista perdido es un vecino de Toledo que estaba pasando unos días alojado en el Hotel Abadía de Proaza. Ayer por la mañana decidió abandonar esta localidad asturiana, quizá afectado por el susto llevado la noche anterior en mitad de un bosque desconocido.