Necrológica

En recuerdo del doctor Laureano Iglesias Rodríguez

Semblanza de un facultativo de trayectoria brillante y gran aficionado al hockey sobre patines

El pasado 28 de octubre falleció en Gijón, a los 60 años, mi querido amigo y compañero Laureano Iglesias, tras una corta y devastadora enfermedad. Todos los que hemos tenido la suerte de haber disfrutado de su amistad y de conocerle, lo llevaremos siempre en nuestro corazón y en nuestros recuerdos.

Nació en Mieres del Camino en el año 1955 y allí vivió toda su juventud y durante los últimos años entre Mieres y Gijón. Coincidimos por primera vez en el curso de COU del Colegio del Pilar, de tan grato recuerdo, en el año 1971. Iniciamos juntos la carrera y compartimos amistad en la Facultad de Medicina, en años difíciles y revueltos, donde siempre se posicionó en defensa de los valores democráticos y a lo largo de toda su vida, en la lucha contra la injusticia y la desigualdad social y al lado de los más desfavorecidos.

Una vez finalizados sus estudios y tras hacer el servicio militar en Sevilla, ejerció en Atención Primaria durante varios años. Después de preparar, trabajando, el examen MIR con gran mérito y esfuerzo, lo aprobó y empezó una nueva etapa haciendo la especialidad de Cirugía Plástica en el Hospital Juan Canalejo de La Coruña.

En el período posterior trabajó en Vigo y en Portugal. Luego retornó a su querida Asturias y desempeñó su actividad fundamentalmente en Gijón en el Hospital de la Cruz Roja y en la Clínica Cemmar. Fue Premio Extraordinario del Doctorado y publicó y presentó numerosos artículos y ponencias en revistas y congresos. De su brillantez profesional pueden dar fe sus pacientes a lo largo de todos estos años.

Otra afición suya que no puedo dejar de comentar fue en el deporte del hockey sobre patines. Jugó en el equipo del Club Patín El Pilar, donde llegaron a ser subcampeones de España en los Juegos Escolares de Santander y en el Club Patín Kiber. Jugaron en la División de Honor durante varias temporadas. Nos ofrecieron partidos memorables en la cancha del Batán de Mieres.

Pero de todas las facetas de su vida, donde destacó sobremanera fue en su vertiente humana. Nadie que lo conociese quedaba indiferente a su personalidad. Brillante e irónico en sus disertaciones, amigo de sus amigos y querido por todo el mundo. Tuvimos muchas conversaciones sobre lo divino y lo humano en "Il Gatopardo", pub mítico, en charlas inolvidables, donde sus juicios breves pero certeros descollaban sobre los de los demás.

No quiero dejar de transmitir a Ángeles, su mujer; a Sergio, su hijo; a Vicenta, su madre; a Marina, Alfonso y Marta, sus hermanos, y al resto de su familia, en nombre mío y de todos sus amigos, que somos multitud, el inmenso honor que hemos tenido por haber conocido a una persona tan buena y sobresaliente que se nos ha ido tan pronto y al que nunca olvidaremos.

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