Diputado autonómico | de Podemos

Investigar la espera, actuar sin demora

El reto de diseñar una estrategia sanitaria consensuada con los profesionales del sistema y la sociedad civil

Vivimos un comienzo de verano atípico en el parlamento asturiano, pues en vez de reducir actividad, la intensificamos. Este hecho extraordinario vino de la mano de Podemos en forma de comisión de investigación, poniendo las listas de espera sanitarias en el eje de nuestra máxima institución democrática. Asturies no podía esperar a septiembre con semejante asignatura pendiente, así que repartimos las fundas de trabajo y nos arremangamos para abordar una labor ingente. Los resultados, afortunadamente fructíferos, no se hicieron esperar.

Las aportaciones ya realizadas por 70 comparecientes de todos los ámbitos -asociaciones, responsables de gestión, personal administrativo, enfermería, especialistas de hospitales y de Atención Primaria- nos brindan una composición inicial amplia, que permite aproximar diagnósticos y anticipar posibles soluciones. Es más, al desarrollarse ante todos los grupos políticos, el formato tiene la virtud de "sintonizarnos" en la misma onda. El hilo de los testimonios trenza un sentido común sanitario en torno a las distintas fuerzas que sin duda nos predispondrá al acuerdo en una materia tan compleja y delicada.

Es incuestionable que los tiempos de espera en determinados procesos, y la incertidumbre que generan, están ocasionando importantes trastornos en la sanidad asturiana: merman su capacidad de respuesta, aumentan sus costes y centrifugan a la ciudadanía, que si le queda "bolsillo" se ve obligada a dejárselo en lo privado. No obstante, para poner dimensión real al problema hace falta información, y la opacidad del Gobierno constituía el primer obstáculo.

Quien lea estas líneas posiblemente haya oído hablar de "listas B", maquillaje, espera no estructural... Y con razón podrá plantearse ¿Y a mí qué me importa eso de Astursalud? Pues bien, ese portal de supuesta transparencia es el principal monitor para medir el rendimiento del sistema, para saber si se gestionan bien o mal nuestros recursos. Por eso el primer logro de la comisión fue demostrar que el termómetro estaba trucado, y que habrá que arreglarlo para evitar los golpes de calor. La amortiguación virtual y la ingeniería administrativa son un insulto para las personas que conocemos el medio como trabajadoras o usuarias.

Resuelto el misterio, las comparecencias también cumplieron el objetivo de delinear posibles vías de abordaje. Enfocadas desde una óptica constructiva, dejaron constancia parlamentaria de propuestas que hasta la fecha se habían estrellado en las puertas de los despachos de gestión.

La principal, reclamada unánimemente por todos los profesionales, fue la demanda de mayor inversión en Atención Primaria y Enfermería. Por primera vez se señalaban como herramientas clave para atajar la demora, tal y como planteó Podemos desde su llegada. Queda en evidencia el error de enfocar medidas únicamente en el campo hospitalario, como demuestra la congelación del capítulo de personal de Primaria en los últimos cinco años.

Otras cuestiones evidentes: reforzar servicios "encrucijada" como Radiología o Anestesiología, de cuya actividad dependen el resto. Y en general, cuidar a la plantilla: contratos dignos, OPE's regulares, carrera profesional, estímulo formativo e investigador...

Esto podrá precisar recursos, pero tenemos un margen millonario centralizando la compra de suministros y poniendo coto a la industria. No gastando más, sino mejor. Saliendo del cortoplacismo y del efectismo, apostando por la eficiencia. Por nuestra parte, estamos dispuestos a dialogar sobre el diseño de una estrategia integral y sostenible, consensuada con profesionales y sociedad civil, para que la sanidad asturiana siga estando al alcance de toda su gente.

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